- Parecia que su hombre no pensaba darle ni un solo segundo de respiro tras entrar en ella, apenas sintió sus cuerpos unidos por completo y este había ya comenzado a descargar contra su cuerpo todo el deseo que ambos habían guardado hace bastante.

Poco le importo la ropa rasgada, pues ella estaba mas concentrada en el toque de aquellas manos, en los movimientos de sus caderas que la hacian temblar entre sus brazos entre los gemidos que poco a poco comenzaban a llegar la estancia. -

Tardaste... tardaste mucho.. mgh.. - Apenas logro jadear aquella frase contra sus labios mientras su pierna izquierda se alzaba un poco mas para rodear el cuerpo contrario, sus manos cobrarian vida nuevamente, atacando aquella espalda en la cual clavaria sus uñas con algo de fuerza, dolor y placer despues de todo nunca venian mal. -


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— Al sentirse dentro poco le falto para caer en la locura total, más jadeo contra los labios de su amada, sus manos recorren el cuerpo, haciendo trizas cualquier rastro de prenda que cubriera la piel de la menor, jadea ronco sujetando con firmeza sus muslos y allí comienza con embestidas firmes, disfrutando de los gemido de su Reina así como de la húmeda melodia de su unión, el mueble que es testigo de su pasión rechina con cada embestida—

Mmmh mi Reina...si solo vieras cuanto deseaba sentirte....

—Susurra contra los labios de su novia, y cada gemido de ella es gatillante a embestidas profundas, su mano derecha la recorre, desde sus muslos hasta los senos que acaricia con adoración —

- Su mirada se volvió hambrienta cuando pudo observar la anatomía contraria, jamás podría olvidarla, recorrió con su mirada cada músculo y cicatriz pues sabía dónde estaba cada marca que había dejado en su cuerpo aquella vida humana que había dejado atrás.

Nuevamente un jadeo al ser acomodada para el, sus piernas se abrían para el al momento en que se acercó.
Sus brazos se movieron por si mismos para enredarse en el cuello de aquel rubio que era su perdicion, enredando también sus dedos en aquellas hebras doradas. Ahora los jadeos que provocaban aquel roce contrario chocaban contra la boca de su amado, temblaba en sus brazos de ansiedad, deseo y pasión, sus caderas le buscaban con necesidad -

Mhhg.. - Gimió suavemente al sentirle entrar, la humedad entre sus piernas sin duda que facilitaba el proceso. Sus labios no soportaron las estar lejos de los de su amado por lo que los unió finalmente en un beso apasionado y profundo -

.- No necesita mas, da una relamida a sus labios y se pone lentamente de pie , mientras desprende los botones de su camisa uno por uno hasta dejar ver su torso bien formado y ligeramente pálido, aun posee matiz vivo de su niñez, deja caer su cinturón a un lado y la sostiene de las caderas para dejarla sentada sobre aquel mueble que seria testigo del deseo desenfrenado que comparten.-


Aquí y ahora...dudo que pueda soportar mas sin sentirte .-su miembro erecto palpita libre de la prisión de la tela de sus prendas, se acomoda entre las piernas de su ahora novia y futura eterna esposa y frota la calidez de su falo contra la intimidad húmeda ajena.-

Draga mea ( Amada mía)

.-Susurra en perfecto y exquisito rumano , mientras su glande amenaza con unirlos en un frote intimo hasta entrar lentamente en ella , sin importarle que terceros los vean o atrapen en un acto tan intenso.-

- Su diestra soltaría aquel hombro para ir a posarse sobre la mano del mayor y acompañarle en su recorrido, sus caderas se habían inclinado hacia adelante en busca de más de aquella boca, aún cuando sabía que el mayor podía darle aún más placer del que le hacía sentir en ese instante y que demostraba entre suspiros y suaves gemidos.

La tenía a su merced como siempre, y aquella pregunta le haría soltar una risa entrecortada. Su mano izquierda iría a tomar aquel rostro con firmeza más aún así con el amor que le brindaba en forma de caricias en su mentón -

Sabes lo que quiero.. te quiero a ti.. por completo..

—Su mano se alza deslizándose desde el vientre hasta el peco ajeno acariciando por sobre la prenda aquellos senos firmes que le llamaban, el deseo era lo único que reinaba en su mente, y era el deseo ardiente por su amada Reina, su mano libre se posa entre los muslos de la menor y la obliga a separar un poco mas las piernas, para que su lengua hábil y rápida lamiera el sabor de aquella muedad tibia —

Dime amor... Dime que deseas —Su deseo por control y poder lo hace desear oírla rogar por lo que ambos anhelan —

Se puede llamar castigo a algo que se que me va a gustar?

- Sonrió de medio lado con aquel gesto travieso que no solía perder en ninguna situación, relamiendo sus labios también ante tan sensual escena que se presentaba frente a ella.
Pese a todo se había sorprendido al verle bajar de esa manera, más cooperó de manera obediente levantando sus pies para terminar por eliminar aquella prenda mientras su pecho subía y bajaba ansioso al verle allí, esperando lo que sabía que le encantaría -

Joder.. - Ahogo un suspiro, llevando ambas manos a posarse una en cada hombro de los contrarios pues sitio sus piernas temblar a causa de la corriente de placer que le recorrió - Ingeras... - Jadeo el nombre contrario, siendo consciente de su propia humedad entre sus piernas y la que dejaba a su paso la boca del mayor. Un gemido no tardaría en aparecer, y pronto simplemente decidió solo sostenerse del rubio, pues sus piernas le traicionaban -

Mhh — Deja escapar un gruñido gutural, y sus cuerpos se buscan, se apega al cuerpo femenino que le enloquecia y Sonrie con malicia al sentir esa mano suave sobre su hombría —. Tengo que castigarte por ponerme así...


—Detiene su mano y lleva sus dedos hast su boca, saboreando la esencia de su novia con un descaro que nadie más que ella vería, se arrodilló ante ella como quien pide compromiso y con sus manos desliza la ropa interior de esta hasta sus tobillos, la ve desde aquel punto bajo y su rostro a centímetros de la intimidad húmeda de su amada, te i que castigarla y lo haría, ahora es su lengua la que se desliza por sobre los labios íntimos de la mujer, y su lengua es el estímulo cálido y húmedo entre ellos, succionando hábilmente aquel clitoris, únicamente para hacerla temblar—

- Realmente esperaba que aquello no ocurriera nuevamente, pues no podría soportar que este le mantuviese lejos por tanto tiempo. Sus labios se movían siguiendo los contrarios, deseando besarle más los suspiros le quitaban el aliento lo suficiente como para tan solo rozarlos.
Tan solo esas palabras, el oír que le deseaba tanto como ella a él lograba encenderla por completo. -

Ingeras.. me torturas..

- Sonreiría mientras dejaba su mano ser guiada, palpando la entrepierna contraria y comenzando con maldad a mover su manos para acariciar aquella zona, presionado de vez en cuando para luego hábilmente abrir aquel pantalón, colando su mano para acariciar bajo la ropa interior, tal cual su pareja hacia con ella, de manera lenta y suave, casi como si quisiera torturarle también -

No volverá a pasar....

.- Susurra contra los labios de su amada, el aliento cálido es claro reflejo de como su sangre arde sin control por ella, su dedo se mueve de forma lenta estimulando aquel clítoris que se le hacia tan perfecto al tacto, sonríe contra los labios ajenos y mordisquea el inferior con deseo.-

Podría esperar...podrá llevarte al cuarto, y hacerte mía sobre las sabanas, pero dudo que mi cordura soporte lo suficiente....

.- Sostiene con su mano libre la mano temblorosa de su novia y la guía hasta su entrepierna, allí donde su hombría atrapada se refleja dura y ansiosa, le da a entender como es que solo ella con una acción como esa logra ponerle, el como el deseo era mutuo y ya imposible de controlar.-