DearHagerman

(Off: Lamento mi actitud pasada, no me encontraba en óptimas condiciones para charlar y aún así, lo hice.)

On:
-Surcaba presunta malicia en el semblante del castaño, quien aprisionando la muñeca de su "víctima", conforme daba espectáculo a su incesante sollozar, éste no cedería a la petición de su opuesta.

No fue sino hasta que la fémina proseguiría a exclamar de aquel nombre ajeno, cuando el muchacho tras su leve intriga, curvaría una de sus cejas y finalmente soltando de ella, cuestionaría. Retomando la prudente distancia con ésta.-

¿...Así que no vives sola, después de todo, huh?

-Figuraba, ahora, ceñir parte de su entrecejo. Mas, y al descender la mirada, elevaría hacia la altura de sus propios labios, la herida de su brazo...y en un leve roce, retiraría de una mínima lamida, el exceso de sustancia rojiza sobre su piel. La abertura provocada por el cuchillo, sin lugar a dudas, tardaría mucho más de lo natural...en cerrar.-

-Escuchó, de pronto, el resonar de aquel cuchillo al impactar sobre el suelo, apenas ésta lo soltó. Surgiendo, entonces, dichos forcejeos por parte de la peliazul, quien ante sus quejas, provocaría cierta frustración en el semblante del castaño. A lo cual, frunciendo parte de su ceño, ejercería de mayor presión en aquella muñeca ajena. Musitando.-

...Tan débil, como lo predije.

-En eso, figuraría establecer una expresión algo retadora sobre su faz. Quizá, y algo malévolo, pretendió incrementar dicha alteración en la joven, por lo que forzándola a retroceder, entre previos empujones. Así mismo, desprendería el cuchillo enterrado en su brazo opuesto, habiendo por tal tomado entre dientes del mango y, una vez retirado, lo dejaría caer al piso..., visualizando atentamente del brote que aún continuaba sin cesar y bajo algunos filamentos de sangre, sobresaliendo de la herida.

Pese a ello, y reenfocando su mirar en la muchacha..., pareció acorralarla en un muro. Así, y tras jalar de ésta por la muñeca, lograría su proximidad máxima para consecuentemente susurrar a su oído.-

Ahora mantengo un punto más a mi favor, ¿no crees?

¡...!

-Puesto a que se vio inesperadamente desorientado, el castaño no contaría con la rápida aproximación de ésta, a lo que, en tal intento por enterrar de aquel nuevo cuchillo, éste actuaría con el primer reflejo que viniese de su cuerpo...e imponiendo de su antebrazo, cubriría la sección de su estómago, siendo la herida propinada en su brazo. Apenas, sus pupilas hubieron de ampliarse, tras la inoportuna llegada de aquella sensación, no muy dolorosa para aquél, quien sufrió de heridas más graves, en pasadas situaciones.

No obstante, y poco después de aquel hecho, figuraba atenuar las facciones de su rostro..., descendiendo su mirada con previo disimulo para así visualizar del cuchillo, actualmente enterrado en su brazo. Empujó gradualmente del utensilio incrustado, con el movimiento de su brazo, aunque esto fuese sinónimo de que el filo de éste lograse introducirse más en su carne...y en un ligero entrecierre de sus párpados bajo la incomodidad de conservar aquel cuchillo adherido a su extremidad, la cual desangraba un poco, murmuraría.-

...Sólo puedo advertirte que perderás tu tiempo, en esto, conmigo.

-Observó, en ese momento, en torno a la fémina. Y en una ligera curvatura de sus labios, pronunciaría una liviana e imperceptible sonrisa. Detectando aquel otro cuchillo, por el cual amenazaría en primer plano. Alzaría, entonces, su mano libre...y sujetándola por la muñeca, implicaría de una fuerza prominente que impulsara a la peliazul para que cambiase la dirección de aquel cuchillo, apoyando el filo de su hoja sobre una determinada sección de su cuello.-

Adelante..., inténtalo. Pero serás mi "medio" de regeneración...una vez que termines.
¿Te gustaría ser "drenada" por mis instintos asesinos, después?

-Frunciría, de pronto, su ceño..., al predecir su movimiento. Y, en cuanto tal utensilio afilado fue lanzado en dirección a éste, frenaría sus pasos. Surgiendo de él, la agilidad necesaria que, sin esfuerzo alguno, lograba sostener dicho cuchillo..., aunque por la hoja.

Prevalecería, en tal acto, con aquel frío semblante...y aunque hubiese logrado cortar una mínima superficie de su piel, en la palma de respectiva mano, permanecería algo sumido en el proceso...cuando pequeños filamentos de sangre pudieron descender de entre sus dedos. Soltando, de tal manera, el cuchillo que con apresuro hubo de sostener por el filo de su hoja, evitando que lograse ser enterrado en su estómago.-

¿Es en serio?

-Más que impresionarlo, dejaría interesado, al castaño..., en cuanto aquélla advirtió directamente de lo que deseaba. Se formulaba, entonces, variedad de preguntas en su cabeza. Tratando de imaginar, quizá, a lo que ésta se refería con "matarlo".-

¿Piensas lograrlo?

-Planteando, sin más detalle. Descendería gradualmente de aquel antebrazo, el cual apoyaba al marco de la puerta. Sin lugar a dudas, éste aseguraba que de ir en serio, la joven, para aquélla le sería más que complicado, arrebatar de su "vida"..., sea lo que intentase. Por tal, y augurando que era un simple "juego", se encaminaría algunos pasos más, pudiendo ingresar y de ello, visualizándola a prudente distancia..., se atrevería a aproximar su andar en torno a ella. Musitando con frialdad.-

...Puedes intentarlo.

-Rescataba aquella molestia tan sobresaliente, en la joven. Pese a ello, aquel varonil yacería inflexible, sobre sus facciones. Comprendía perfectamente bien de lo que era ese hecho tan perturbable, al pretender "invadir" ese territorio del que no le pertenecía, sin embargo, le parecería aún más incómodo portar prendas húmedas, en el recorrido de regreso a casa..., por lo que habiendo excluido parte de su orgullo para habérselo pedido, curvaría una de sus cejas...tan pronto como vio de ésta deslizar una sospechosa sonrisa entre ambos labios.-

Sé que no, pero...

-Por responder a su cuestión, al verla ingresar, éste daría breve pausa a sus palabras...y en, apenas, un par de pasos más que emplearía hacia el frente, atendería a su predecible "condición". No le sería de grata sorpresa, ya que tenía en claro que su presencia era una molestia para ella, pese a ello, debía aceptarlo...y en una intención de adentrarse por dicha puerta, recargaría su antebrazo izquierdo contra el marco de la entrada misma. Frunciendo con levedad de su ceño.-

¿Qué es algo "muy bueno", para tu persona...?

-En cuanto rotaría su visión ámbar, de regreso hacia donde aparentemente habría dejado a la fémina, notó cómo ésta hubo de adelantarse. Suspiró bajo cierta pesadez y, a su vez, retirando un pañuelo de tela guinda de su bolsillo, retiraría aquel exceso de humedad en su rostro. Doblándolo para finalmente guardarlo nuevamente...y reiniciando sus pasos, percibiría aún de su "esencia". Localizándola con tal destreza, que pudo costarle nada más que escasos minutos para hallarla, otra vez.-

Oye..., sé que puede ser algo incómodo para ti, pero...

-Pronto a su debida pausa, a ciertos pasos detrás de la joven, observaría hacia dicha puerta, la cual ésta pretendería abrir.-

¿...Me permitirías ingresar hasta que la lluvia cese?

Hm...

-Aquél, entonces, cambiaría de parecer. Sus respuestas le eran un tanto desconcertantes, pero a la vez asumía que tal vez era "normal", al ser nada más que un desconocido para ella. Sus acciones como de sus comentarios, sin embargo, no le eran de poder suficiente como para que éste la dejase...y, en aquel preciso instante por el cual la peliazul recalcaría lo que acontecería en el clima, livianas gotas saladas empezarían a descender desde lo alto.

Apenas era el indicio de lo que vendría más adelante, y en tal evento, el castaño pausaría..., ascendiendo su mirada, y por tal, empapando su rostro, un poco, con aquellas gotas. Murmuraría.-

...Yo creo que ya es muy tarde para preguntarlo.

-Irónico, era, que ahora alguien más tomaba su puesto como el "personaje malhumorado" del día, y ello de cierto modo le parecía algo cómico. Denotando, con clara expectativa, de aquella irritabilidad que plasmaba la fémina, en su presencia.-

¿Por qué no puedo evaluarlo?
...
Bien, después de todo, soy libre de deambular por las calles que anhele.

-Surcaría una sutil sonrisa, imperceptible, entre sus labios. Aquel gesto provocaría, intencionalmente, pronunciar de sus afilados colmillos...y en exposición de éstos, el castaño ladearía su cabeza. Avistando, a debida distancia, de una serie de edificaciones. Pronto recordaría del arma que portaba la joven, y tras reavivar esa frialdad en su semblante..., la espiaría de soslayo.-

¿Por qué no platicamos acerca de ello que guardas en tus bolsillos?