—Se quedó sorprendida de ello, jamás imaginó que alguien con una apariencia tan dura y ruda supiera cocinar, lo dejó partir para que se pusiera alguna prenda y luego ella se encaminó a la cocina para empezar a fisgonear las gavetas y la alacena, porqué claramente esa casa no era de ellos, ni rentaban, habían entrado a escondidas.— (?)
— ¿Ah? Porque debo ponerle seguro, estaba duchan... Ha olvídalo. Se sale del baño aunque no entiende el porque ese reclamo de la rosada, lo pasa por alto; cosa rara ya que no es muy tolerante. — Bueno, apúrate que haré de comer.
—Se cubre los ojos al verlo en toalla, le dio vergüenza y su rostro se puso todo rojo, así que entró rápidamente al baño, aunque sólo quería lavarse las manos.— G-Gomen, lamento haber entrado, procura poner seguro la próxima vez, nyan.
— Ya puedes entrar. Sin pena se sale del baño cubierto con la toalla, y deja ver qué el pelo es blanco y no realmente negro cómo les ha hecho creer a todos. — No agarres el tinte.
