— No creo que estés envejeciendo. - Le causaba ternura el comportamiento de su padre, si bien era verdad las cosas habían ocurrido demasiado rápido, sentía que quizá el temor de perderla era lo que le preocupaba. Negó rotundamente, un gesto tranquilo inundo su rostro, sin dudarlo se acercó un poco más hacía delante, logrando sostener los costados peludos de él. Claro que no iba a lastimarlo, simplemente le haría sentar sobre su propio regazo, de ahí pacientemente acariciaría ambas orejas , bajando amorosamente por ese lomo.- — Yo también tuve la misma sensación cuando encontraste a mamá, al verte tan feliz con ella temía que me dejaras de querer, sin embargo encontré una amorosa familia. Es normal tener ese tipo de pensamientos, sin embargo yo toda la vida te voy a querer, por que fuiste quien me recibió bajo su hocico cuando me quede completamente sola. No te preocupes, siempre voy a ser tu niña, toda la vida.

No es eso, de ninguna manera. Creo que Red es suficiente para ti, pero sigues siendo mi hija es... es un sentimiento muy extraño, como de pérdida - Tampoco el se entendía muy bien, todo había pasado tan rápido. Volteó solo un momento y su querida hija había encontrado a alguien. Aunque en el fondo sentía felicidad un pesar de preocupación estaba latente. - no me hagas caso, tal vez sean las hormonas o la edad, estoy envejeciendo.

— ¡E-Etto! Red vendrá pronto, no te preocupes aunque puedo olfatear algo extraño en ti.
- Con paciencia tomo asiento sobre sus propias rodillas, para poder quedar a la altura de su querido padre , de ahí busco acariciar esa peluda cabecita con calma, intentando tranquilizarlo un poco.-
— ¿Estás molesto aún por lo de Red y yo? Te he notado muy extraño en estos últimos dias.

- Se asustó estaba muy metido en cuidarla que un sobre salto lo hizo salir de los arbustos. - Para nada ¡Cubrete! ¿Donde esta ese Dragón? Se supone que debe cuidarte. - Si, había medio aceptado la relación entre ambos pero eso no quitaba la idea de que era su padre aún si no tenían conexión alguna. -

- De un movimiento saca la cabecita de entre la cobija , se la coloca como capa pero debido a que es gruesa para soportar heladas y miradas obscenas , camina medio tropezando. Olfatea a su padre a la cercanía y se asoma entre los arbustos.- — ¡¿Papá!? ¿Estás atorado? ;/;

- Entiende la parte de la naturaleza pero el morbo del hombre es tanto que desde ya está entre los arbustos, pervertido que encuentre pervertido que muerde. - Krrr.

— ¡Kyaaaaa!
-Termina con la cobija de tigre encima, sale del agua tanteando los arbolitos.- (?!)

- Naturaleza y todo le pone una cobija encima. - (?)