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CarolPeletier1550424 · 46-50, F
... de honor, tras saquear unas cuantas barritas de ese dulce que tanto le gustaba-, o quizá otra cosa. -Por supuesto, le dejaría la entera decisión a él.-
CarolPeletier1550424 · 46-50, F
No tan fácil como esperar que no lo noten -Se aventuró, pues bien sabía que los suministros se encontraban perfectamente racionados, y contabilizados hasta el último grano de arroz-. Vamos -Le alentó, extendiendo su mano hacia él tras haber liberado su rostro; no la necesitaría para ponerse de pie, era algo que también comprendía, sin embargo, una parte de ella no podía dejar de mostrar esos detalles ínfimos cuando del arquero se trataba.
Había comenzado a andar, sigilosa, invisible, por las calles desiertas del refugio al que se encontraban atados. El camino hacia la despensa no era más que un corto trayecto desde el porche hasta allí, y, por supuesto, Carol se había colado muchas veces antes en su interior, por lo que no le fue difícil guiar a su compañero incluso a mitad de la noche- Bien... -Comenzó así un rápido escaneo del sitio, antes de dirigir una orden muy por lo bajo, evitando que el cuarto hiciera eco de sus murmullos-: ¿Chocolate? -Cuestionó a su invitado de...
Había comenzado a andar, sigilosa, invisible, por las calles desiertas del refugio al que se encontraban atados. El camino hacia la despensa no era más que un corto trayecto desde el porche hasta allí, y, por supuesto, Carol se había colado muchas veces antes en su interior, por lo que no le fue difícil guiar a su compañero incluso a mitad de la noche- Bien... -Comenzó así un rápido escaneo del sitio, antes de dirigir una orden muy por lo bajo, evitando que el cuarto hiciera eco de sus murmullos-: ¿Chocolate? -Cuestionó a su invitado de...
DarylDixon1549494 · 46-50, M
-Notó la conmoción en el rostro de su ajena, supo reconocer exactamente qué era; cosa que le hizo sentir vulnerable de pronto, como si fuese un niño indefenso. No sabía cómo reaccionar, todo ello era le era tan ajeno. Se movió incómodo, gruñó y viró el rostro bruscamente, desviando la mirada de su compañera, incluso forcejeó un poco para liberarse de su agarre apenas sus suaves palmas rozaron su piel, pero había bienestar en ello. ¿Por qué? ¿Por qué esa mujer tenía el poder de hacerlo incomodar tanto, y a la vez sentirse tan bien? Tanto el calor de sus manos como el de sus palabras, fueron precisos para que de pronto el castaño se encontrase frotando su rostro contra su palma.- Será fácil reponerlos. -Dijo con voz ronca, alistándose para ponerse de pie y seguirle a cualquier parte que ella quisiera ir.-
CarolPeletier1550424 · 46-50, F
-Incluso aunque hubiese querido dar una pronta respuesta, no habría podido. Una sugerencia como esa, acompañada de una inesperada confesión, le había atrapado con la guardia baja, provocándole una oleada de un extraño sentimiento que no supo reconocer de inmediato; algo había dado un vuelco justo en el centro de su estómago. Y volvió a sonreírle, con la ternura desbordada en aquellas manos que en segundos acabaron cada una a un costado de sus mejillas- Haremos el mejor pastel que hayas visto. -Aseguró- Tan bueno, que nos tomará días reponer la despensa de Olivia. -Combinó, con la complicidad a flote, la que tanto los caracterizaba-. Pero... Vendrás conmigo; no podré esconder todos esos ingredientes yo sola.
DarylDixon1549494 · 46-50, M
-Aguardaba sentado en el pórtico de la casa. Llevaba un largo rato concentrado en limpiar su ballesta y arreglarle algunos detalles. Necesitaba aceite, claro estaba. Últimamente su arma solía atascarse y rechinar amargamente al disparar las flechas. Cuando su compañera al fin se apareció, el arquero le saludó con un gruñido, escuchando sus palabras, luego cómo enlistaba los posibles regalos. Para él, ya era suficiente con sólo tenerla ante él, a pesar de que no pareciera prestarle mucha atención, en realidad repasaba cada palabra dicha por ella, en su mente una y otra vez. Al cabo de un rato, cuando ella se le olantó en frente, fue que el castaño tuvo que dejar su arma a un lado para corresponder a esa profunda y dulce mirada. Entecerró sus párpados, manteniéndose meditabundo por unos momentos hasta que una serie de palabras salieron de su boca, con la voz áspera de quien lleva días sin hablar.- ...nunca me han hecho un pastel.
CarolPeletier1550424 · 46-50, F
Debes querer mucho ese regalo.
-Carol no era mujer que faltara a sus promesas, mucho menos si se trataba de quedar con él. Y allí estaba, finalmente, acudiendo a su encuentro como habían pactado horas antes, dirigiéndose a él con aquella sonrisa tan característica-. He estado pensando... -Prosiguió, recargando el peso de su cuerpo en el umbral del insípido hueco que pretendía servir de puerta- ¿Un repuesto de motocicleta? ¿Galletas? ¿Una cena? -Sus dedos continuaban enumerando cada ítem, uno tras otro, como si fuesen parte de una inconmensurable lista de opciones-. Quiero decir, puedo conseguirlo todo si lo pides; podría, lo haría. Pero, al término del día la pregunta final llegó sola... -Una breve pausa la separó de sus próximas palabras así como también de su cómoda postura, impulsándola a acortar la distancia entre ellos, buscando fijar su mirada en la ajena.- Lo preguntaré directamente: ¿Qué podría querer Daryl Dixon de mí?
-Carol no era mujer que faltara a sus promesas, mucho menos si se trataba de quedar con él. Y allí estaba, finalmente, acudiendo a su encuentro como habían pactado horas antes, dirigiéndose a él con aquella sonrisa tan característica-. He estado pensando... -Prosiguió, recargando el peso de su cuerpo en el umbral del insípido hueco que pretendía servir de puerta- ¿Un repuesto de motocicleta? ¿Galletas? ¿Una cena? -Sus dedos continuaban enumerando cada ítem, uno tras otro, como si fuesen parte de una inconmensurable lista de opciones-. Quiero decir, puedo conseguirlo todo si lo pides; podría, lo haría. Pero, al término del día la pregunta final llegó sola... -Una breve pausa la separó de sus próximas palabras así como también de su cómoda postura, impulsándola a acortar la distancia entre ellos, buscando fijar su mirada en la ajena.- Lo preguntaré directamente: ¿Qué podría querer Daryl Dixon de mí?
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