-Suspiró, era la respuesta que esperaba pero no la que quería desde luego. pero nada qué hacerle, llevó la mirada con de seriedad, más semejante a la de ella.-

Quien obra sobre los mortales conoce a los dioses por completo.
Sabes que nosotros también aspiramos y obramos por los objetivos, ¿de verdad somos merecedores de una justicia distinta?

-Arqueó las cejas, él sabía en parte que era así, pero cuestionaba pues como divagador notaba que incluso él mismo obraba de forma insulsa a pesar de su divinidad.-

Lamento poner sobre ti más responsabilidad y dudas de las que ya hay, hermana. Desde el despertar estoy teniendo pensamientos extraños.

-Sonrió de nuevo, entonces se apartó de ella no sin antes ofrecerle una dulce caricia en el mentón. Típica actitud amable suya, a menudo obrada para dar descanso, pero esta vez no quiso hacerla dormir.

Se despidió entonces lanzando una Amapola de su prado sobre ella.-

Hasta más ver, hermana.

*las preguntas de su hermano le causaron gracia, en un agil movimiento sin rastros de ostilidad se levanto manteniendo su porte firme como de costumbre*

Los dioses cometen herrores y deben cumplir sus castigos, mas yo no soy la juesa en esas circunstancias.

Mi deber es castigar la mesura de los mortales, controlar su orgullo para mantener el equilibrio del mundo y que estos no se crean mejor que los dioses.... Aunque tengo el poder de jusgar a otra deidad, no es mi responsabilidad hermano mio.

*dijo lo ultimo con una exprecion seria pero menos fria que la habitual que mostraba a todo los dioses*

Asi que calmar tus preocupaciones, que no sere yo la que juzgue a tus demonios, ni la de nuestros hermanos o nuestra madre

-Tomó de la vaina para quitársela de las manos, un leve movimiento desenvainó la hoja con cuidado para verla de cerca, la midió con la vista antes de un leve balance.-

Vaya, es más pesada de lo que pensé.

-Deslizó el dedo suavemente por la hoja, cortando la yema con suavidad y cuidado, apenas fue un leve tacto para que la sangre se derrochara cautelosa, entonces la limpió en sus ropas antes de envainarla de nuevo.-

Dime... ¿Castigarías a cualquiera sin importar quien fuere? Yo, nuestros hermanos, nuestra madre.

-Se levantó, ofreciendo el arma de regreso.-

¿Castigarías una traición, una mentira blanca?

Esa es la raíz de mi curiosidad, tu forma de pensar, quiero conocerte mejor, sino no sabré lo que me espera.

-Parecía consciente de que tarde o temprano él recibiría la cosecha de sus semillas más corruptas, ¿cómo haría en pagar ante su hermana? Se lo pensaba mucho tal vez.-

*aquello le llamo la atencion a la deidad de la justicia retributiva, pero luego de maditarlo unos instantes y luego de liberar un ligero suspiro tomo la vaina que protegia la hoja y se la extendio al contrario mientras lo miraba con seriedad*

Tomadla

En efecto. Me gusta ver tanta decisión.

-Se acomodó un poco en el suelo, mirándola desde abajo tan tranquilo y afable, sonriente e incluso cariñoso en su mirada dorada.-

¿No puedo preocuparme? Aunque también es curiosidad, se de lo que eres capaz.

-Extendió el brazo hacia ella, con la palma extendida apuntando hacia arriba, como si pidiera.-

¿Puedo ver tu arma?

Tenemos diferentes perspectivas de lo que es la justicia... Pero tampoco tienen el derecho de intrometerce en mis asuntos

*respondio con la misma calma mientras se sentaba en la misma posicion que el contrario y lo miro a detalle, su comportamiento el cual le daba curiosidad*

¿por que tanta preocupacion hacia mi hermano?

*pregunto suavisando su tono mas no su esprecion facial sin quitar la mirada al mayor*

¿Y qué hay de Temis y Dice? Ellas también obran la justicia.

-Se serenó al oírla tan calmada, tomó confianza como para sentarse frente a ella en posición de loto. Observó con detalle el movimiento de sus manos sobre la hoja, el sonido del envainado lo hizo suspirar.-

Cuánta paz me da... podría pedirle a Hefesto que me haga una espada.

-Murmuró su pensamiento, después de todo él no tenía armas ni nada por el estilo.-

Ninguno de los dioses tiene la autoridad de interponerse en mi labor, hermano

*menciono en tono sereno mientras recorria el filo de su arma, detallando cada centimetro de esta para luego guardarla y dirigirle la vista al contrario sin cambiar su semblante serio*

Hm...

-Arqueó una ceja, el platinado ojeó a la fémina de pies a cabeza.
Concluyendo en una aprobación, le sonrió camino a la proximidad. El gigante con una voz grave rezongó previo declarar:-

Creo que los otros dioses lo van a pesar dos veces antes de interponerse con tu justicia.