Darice solía pasar desapercibida la mayoría del tiempo al menos en su primer año, siempre traía un aspecto ligeramente cansado por motivos muy fuertes y que no deseaba que nadie lo supiera, esa mañana particularmente habia escogido un conjunto azul y su rubio cabello antes largo y que ahora lucia cerca de sus hombros era el cambio que necesitaba para salir poco a poco de su caparazón al llegar a su pupitre encontró aquella peculiar nota pero sobre todo le causo sorpresa ante lo que sus ojos azules leían ¿Ella lucia bonita ese día? Ni siquiera..
-Sus cansinos ojos buscaron al autor de aquellas bonitas palabras aún si fueran solo un gesto amable lo agradecía enormemente, cuando por fin lo encontró le sonrio genuinamente, el rizado era el autor hasta ahora lo había recordado sobre todo porque ella le elogio la manera de escribir, agito sutilmente su mano hacia a él y pronto le respondió la nota con sencillas palabras "Gracias, Redford eres muy amable." Y se la envió hasta donde estaba-
No sería mayor problema para él, su puntería era magistral. Quizás algunos compañeros rumorearían cosas, no le daba rienda a nada. Pero eso lo hizo no como una declaración sino por el hecho de ver su rostro desanimado y su ojos distantes. Su madre solía hablar sobre ayudar a quien sea que necesitará ayuda, aún podía escuchar; «Mijo, si alguien ves con el alma triste y puedes ayudar, no lo dudes, hazlo. » Y así fue que lo lanzó. Observando a lo lejos a la rubia menor.
Desde la vez de su ingreso había muchas habladurías sobre él. Sin importar su mestizaje pronto se convirtió en alguien muy popular, una popularidad que jamás pidió. Aún con alguno que otra envidia lidiaba pero su positivismo era de admirar. Lidiaba una y mil veces con esos niños y aún así poco le importaba, era cordial, era un chico animado y enérgico. Sin embargo, una chica en especial, aquella con la que había trabajado hacía un rato parecía pasarla mal, parecía atormentada por algo, podía verse a distancia. Ese día él notó el corte, de igual forma el azul resaltando a juego con su blanca piel y los labios rosados de la niña aún sí está los había mordido. Crisant por su lado llevaba su uniforme olvidando su túnica, su cabello médicamente largo y rizado. La miro a lo lejos nuevamente unos escalones abajo de su pupitre y lanzo la nota.
...Se lo creía quizá había sido una cruel broma de alguno de sus compañeros varones que últimamente la tenían de encargo para molestarla con cualquier cosa que hiciera o dijera pronto cayo en conciencia esa letra la había visto antes pero ¿Donde? Esa era la cuestión no recordaba el rostro de a quien le pertenecía.-
