Correspondió ese beso pasional, abrazandola completamente con sus brazos, se fundía con ella en esos labios.

- . . .

Quería decirle que le dolía el pecho. Que si tenía alma, ahora era completamente suya y por nada en el mundo deseaba que otras manos le tocasen. Pero no dijo nada.
Se le habían llenado los ojos de lágrimas y buscando disimularlo, le roba un beso a su perfecto Darcel.

- Te amo.

Le toma del rostro dejando caricias a sus mejillas.

— Suzu... No podría dejar a alguien que significa tanto para mí, no importa si soy un vampiro o un hombre lobo... Aunque, esa especie es deplorable (?). Pero por más diferentes que seamos, existe una compatibilidad exquisita entre los dos y estoy feliz por ello mi adorada humana. No me pidas nunca dejarte, porque el amor en ti he conseguido y quiero quedarme a tu lado Suzu.

Aquel hombre de piel blanquecina casi muerta admiraba aquella dama pelirroja.

— Si no quieres ser vampira, creeme, no sucede nada. Ustedes los humanos dicen que "hasta que la muerte los separe" prefiero eso a qué te vayas de mi vida. Prefiero verte fallecer y amarte hasta el último día de tu vida que estar sin ti.

- Uh...¿me estabas preguntando si quiero ser inmortal?

Suzu se sentía algo confusa, la conversación se había tornado seria de un instante a otro. Rascó su sien mirándolo con sus ojos azules como el océano.

- No quiero separarme de ti.

Le acaricia la mejilla sin retirar sus ojos de los contrarios negando suave.

— No tomes decisiones así de abruptas, no me voy a separar de ti tampoco, no digas tonterías. Solo te hice una pregunta, si no quieres inmortalidad está bien, pero no me pidas que nos dejemos mi amor

- Mi príncipe ahora es mi rey...

Susurra melosa con suaves caricias a la nuca del varón.
Estaba sonriendo hasta que la pregunta dejó pensativa a Suzu.

- ¿Eternamente...? No lo he pensado. No podría imaginar vivir por siempre si las personas que amo siguen siendo mortales. Eso sería...

Traga saliva mirando los cabellos blanquecinos del varón. Lo había entendido, bajó la voz preocupada.

- Darcel acabo de decidir...nos vamos a separar algún día, porque no quiero que me veas morir.

No le lleva la contraria, esas palabras fueron calor para aquel vampiro, se acomodo abrazando a esa mujer y atrayendola a su frío cuerpo.

— Imagínate, tu eres una reina para mi, mi dulce Suzu.

Dejo un beso a su cabeza acostandose en el pecho de su dueña.

— Mi amor ¿Alguna vez haz pensado en vivir para siempre?

- Cuando me hablas asi sobre ti mismo, pienso que quieres alejarme, asustarme o algo por el estilo...

Volvió a voltear su rostro, acostados mirándose en un breve silencio donde la pelirroja pensaba.

- Si tu te vieras como yo te veo, nunca dirías eso.

Se acuesta boca abajo al lado de ella metiendo sus manos debajo de la almohada mirando a Suzu.

— Pero no lo soy... Soy algo relacionado con la oscuridad, algo que cualquiera rechazaría, menos tu. Pero soy un depredador cariño...

Él tenía buena memoria, Suzu se avergonzaba de esa niña que fue diciéndole algo así.
Gira el rostro ruburizada mirándo la ventana alta y antigua de la habitación, se veían las copas de los árboles desde ahí.

— Te veías como un príncipe. Todo de ti era el reflejo de un príncipe de cuentos...Nunca había visto a alguien tan...bello.