No me lastimo con facilidad... soy peligroso aunque no lo parezca.~
-Casi ronronea el azabache con aquellas palabras, mientras no deja de mirarlos a los ojos; esbozando su sonrisa traviesa.
Es cuando pasea, suavemente, los dedos por la hoja de la espada ajena; mientras que posa la otra mano en el hombro del albino, para acercarse a olfatear.- ¿Demonio...? -Inquiere, con voz aterciopelada.-

-Claro ,pero cuidado ,puedes lastimarte -
Le mira desde su lugar sin dejar de sonreir ,el albino no deja de verle

-El guiño del peliplata le da la confianza para que le dedique una sonrisa traviesa y se acerque.- Me gusta tu espada.~
¿Puedo tocarla?

-Muchas gracias - Le guiña (?)

Viejo sabroso. (?)