Ese beso fue tan inesperado que a la pelirroja le hizo sonrojar, frunció su ceño pero por lo sonrojada que estaba.

— Oye...

Relajo el ceño pensativa en esa idea, no era tan mala idea al final.

— Me parece bien, le estás dando oportunidad a niños sin familiar... Pero... Si los tienes propios y no se parecen a ti, duermen afuera (?)

Bah, no lo podía evitar, se sentía bien con ella, vio una mamá pato con patitos detrás en aquel sendero de árboles.

— Oh, mira, la maternidad te llama

Señala con su índice aquel cuadro que veían en vivo.