Claro que ya, ¿Qué esperabas que sbiera al punto mas alto de la cuidad?, solo alta que ponga una bandera nueva para alguno de los monumentos del país diciendo donde estoy y pidiendo una lluvía de fuego celestial o algo asi.

-Respondió por la peculiar manera de la menor de reaccionar, soltó una carcajada por aquello tomando la mochila como si nada, pero deteniendose de pronto mientras buscaba en la mochila y se alejaba lo suficiente para terminar cabiando la camiseta que llevaba por una completa, si iban a alguna casa de cambio lo último que quería era parecer que había peleado a muerte con alguien por unos miserables dólares, avanzó ya por la ciudad, odiaba aquel país y su orden pero por primera vez en mucho tiempo lo estaba agradeciendo, al menos sabía a donde tenía que ir y el sitio era amable para moverse por el-

Primero busquemos una casa de cambio, después podemos pagar cosas, quizás comprar algo de comida real para que no me reclames por comer carne seca en nuestra primera