« Back to Album · Next »
—Tengo algo para ti.

Una voz, nítda, vacía, ronca pero ajena al lugar, danzó tal cual luna llena sobre ese vacío hostal. ¿Tenía compañía, o acaso amaba hablar con las sombras? No lo sabría un espía, tampoco él mismo, pues la rutina, recaía en hablar solo, y después, enterarse de que el trabajo estaba hecho. El velo en suciedad se desvanecía en los enormes arcos, y la única mesa disponible, tentaba los dedos de Dickens, el hombre que solitario, depositó una carta en ella. ¿Qué sucedía allí? Fue la pregunta del leuteniant Satchel, el hombre, que hace semanas, perseguía al noble banquero.
 
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
G1575593 · F
— Mh, me parece extraño que un guerrero como usted, armado de pies a cabeza, esté en busca de un ladrón que solo robó un líquido para curtir pieles. — Su vista siguió atenta en aquellos garabatos. La joven castaña, con una excelente memoria fotográfica, los memorizó todos sin falta y después de eso, extendió el papel en dirección a él, alzando los hombros en un ademán de despreocupación. — Lo siento, creo que no podré ayudarle, lo más seguro es que su frasco se encuentre en el mercado negro, a los amantes de lo ajeno les encanta revender lo que hurtaron en ese lugar, muy pocos van ahí por su… Indudable reputación. — Hizo énfasis en aquellos últimos vocablos pronunciados. Tomó la charola que previamente había dejado sobre la mesa y devolvió su vista a él. — Que tenga suerte encontrando su… “Líquido para curtir pieles”. —
 
Send Comment

Add a comment...
 
Send Comment