Las palabras de Anya en contraste con la expresión del rostro de la infante hizo que Damian quedará pasmado ante tanta ternura, se paralizó el rostro le enrojeció completamente y en los ojos se vislumbró un ligero brillo ¿Que estaba pasando?

Por primera vez dudo de el concepto "amistad" cuando enfermaba ninguno de los amigos de Damian le cuidaba ni su padre, pero Anya se ofrecía a hacerlo sin ningún tipo de problema.

Con el rostro aún enrojecido desvió la mirada hacia otro lado.

Deja de decir tonterías y entremos a clase.

El tono de voz era bajo, no era un insulto o regaño, las palabras de Anya fueron suficientes para bajar de golpe el ego de Damian y dejándolo sin ninguna palabra aún si quería agradecerselo tenía un gran nudo de prepotencia y guardia que lo impedía.

—Porque eso hacen los amigos, así que cuando te enfermes no dudes que Anya irá a cuidarte... — Le sonrió con la misma sinceridad que había acompañado sus palabras. Sus pequeñas mejillas estaban ligeramente sonrosadas y su gesto sincero le daban ese toque tierno que ella no podía vislumbrar pero los demás si que podían.

Se paralizo ¿estaba preocupándose por él? a esos pensamientos le siguió una cara roja de costumbre.

¿Por que haces eso?

Pregunto bajando la guardia, no entendía lo que estaba tratando de demostrar.

—Lo digo en serio Segundo... papi hace una sopa deliciosa. Podría pedirle que preparé y te llevaría un poco... o toda mejor...
Lo comentó sinceramente ya que así lo haría independiente de la misión no podía dejar a un compañero enfermo sin ayuda.

La cara nuevamente se enrojecio no de enojo si no de verguenza, obligado a desviar la mirada con dolor en el pecho, ese confuso dolor que tenia cada que Anya se comportaba de esa manera.

N no digas tonterias.

Puso carita de sorpresa e impotencia como cada vez que Segundo la insultaba. Ahí estaba nuevamente su mala actitud que no cambiaba con nada pero no debía amilanar sino seguir intentando.
—Si algún día te enfermas... Anya puede cuidarte.

¿La enana se estaba burlando de él? No permetiria mas risas, no era su bufon, siempre creyendose mas superior que él, Damian era el mejor.

Si, es eso ¡Estoy enfermo de ver tu cara de fea!

Solto sin mas preso de un gran enojo hacia la niña.

Chi, chi, ¡mira! Ahí sigue ese color tomate en tu rostro Segundo. ¿O acaso tienes fiebre? Anya te puede acompañar con el médico...

No se de que hablas.

Mira a otro lado aprieta los labios y cruza los brazos.

—¿Por qué siempre que eres grosero con Anya te pones rojo como tomate?