El tiempo vuela demasiado rápido, el reloj nunca se detiene y así los buenos momentos que son como valiosos tesoros y recuerdos permanecen en nuestras memorias. Agradezco a Dios y a la vida porque llegasteis a este mundo a iluminar nuestras vidas y corazones con vuestra presencia sin igual, aprecio y vivo cada momento como lo mejor que me ha acontecido en mi existencia y es haberos encontrado en nuestro camino. Gratitud y bendito seas, por cada palabra compartida, por cada memoria vivida, por cada sonrisa manifestada en mi ser de una forma natural y sincera, por ser tú, por siempre estar ahí, por todo vuestro apoyo, jamás olvidaré lo vivido junto a ti, querido y apreciado Dai, os entrego con sincera gratitud este corazón de amor brillante fraternal, de ternura y mucha dulzura, para el mejor del mundo, de esta niña tonta que os quiere y ama.
