Tal vez su marido antes de morir le había castigado reduciendo su magnífico poder despojándola de uno de sus ojos, sin embargo ese ojo era suficiente para vigilar todo el imperio y estaba al tanto de aquella batalla entre sus dos hijos, es más se teletransportó al lugar del duelo solo para evitar que se saliera de control.

— Suficiente...

— dijo con frialdad moviendo su abanico negro en dirección a los dos niños y así obligar a que sus armas regresaran a sus formas iniciales con un hechizo simple y con esto también bloquear sus poderes, para luego hacerlos descender suavemente hacia el suelo

— Han hecho tanto alboroto con su juego que me han obligado a intervenir, ¿Creen que ser emperatriz es fácil? ¿Creen que no tengo cosas importantes que hacer?...no me hagan arrepentirme de haberlos parido.