( Asomó su barbilla sobre el hombro, ladeando el rostro hasta cosquillear su cuello con los vellos negros de su barba. Suspiró pesado, por su nariz, evitando resoplarle al oído al exhalar. Sí sabía que aquello era solo un sueño que su tumultuosa vida poco podía costerse, pero valía la pena soñarlo. La frescura le acariciaba con la brisa marítima en aquellos puntos que quedaban húmedos entre ellos dos. ) Sí, lo sé. ( Besó su cuello, dos, tres veces más; alargando aquella velada cuánto pudo. ) Buenas noches, mi reina.
Sabes que no podemos hacer eso. -Susurró, con seguridad; abrió y cerró los dedos de su mano, acariciando en el acto los nudillos algo ásperos de él. Tuvo que suspirar para clarear la mente y controlar sus latidos, que aún sacudían su pecho por dentro. Adaptó la postura de su espalda contra la del pecho masculino, y enredó sus piernas en torno a las de Jon, ambas desnudas. En cualquier momento iba a sucumbir al sueño: estaba cansada y ciertas zonas de su cuerpo ardían por el acto de momentos atrás.-
( Sintió frío y feo cuando dejó de tener el calor de su piel con la suya y lo fue a resolver. Se colocó de costado, acortando la poca distancia habida a ella, sus músculos perlados por la actividad se presionaron a los omóplatos. La rodeó de la cintura, tomando una de sus manos y llevándosela consigo al vientre, entrelazando sus dedos a ella. ) Sería un cambio placentero alejarnos de Westeros por un tiempo.
Lo dejé en buenas manos. -Fue lo primero que respondió, casi de forma mecánica, como si lo hubiera ensayado. Sin embargo, por dentro guardaba la duda: ¿en verdad todo marcharía tranquilamente en una ciudad como Meereen? Poco a poco bajó la pierna que aún tenía sobre el regazo del Norteño, para recostarse de costado, dándole la espalda. Ahora estaba preocupada.- Pero no está de más asegurarme que todo marcha bien aún...
// Para bien, esperemos. Aunque no puedo imaginar un lugar que mejore con tu ausencia. ( En los amatistas podía ver que tenía encanto el lugar en cuestión, y verla emocionarse por algo le traía una sonrisa al rostro. )
-Ella sólo sonríe, por la imaginación ; visualizaba a Snow andando a caballo por el seco y caliente desierto de Meereen, después de haber vivido toda su vida en la nieve. Se acomodó el cabello hacia un lado, poniéndose cómoda sobre el lecho del Norteño.- ¿Cómo será ahora que no estoy? ¿Habrá cambiado?
