*Escuchio tu pedido, y aunque no puedo evitar sonreír ante tal honor, la ronrisa se debió también a que siempre preferiré la pelea a la política, me gustaba saber lo mucho que vos me conocíais.* Mi reina, estaré encantado de dirigir su ejercito, usted sabe muy bien que conmigo al frente obtendrá la victoria, no le voy a fallar.

-Escuchaba cada pormenor con gran interés; había otros planes que maquinar y entre ellos estaba el que la había hecho aceptar ese encuentro ahora. - Dice bien, Capitán. Aún hay un asunto pendiente, y ya se lo había externado: quiero que se quede aquí y lidere un sector de mi ejército. Mientras más manos espadas tengamos en la guerra, será mejor.

Mi mano se ocupará de Meereen, por ahora. Él nos enviará insumos y se encargará de regir la Bahía de Dragones.

Hemos perdido tres, mi reina, pero ellos los han perdido todos. *digo ladeando mi cabeza hacia la derecha y sonriendo, si bien tengo pesar por la muerte de mis hombres ellos están felices de morir por vuestra causa, y yo lo sabía bien*Y ese era el principal cuestión que me trajo aquí, antes de irme quizá tenga algo que desee atienda. *Expreso con total franqueza, el antiguo yo hubiese dicho eso con un claro doble sentido, pero ahora más maduro y centrado de su partida de Meereen, había oído rumores y sabía bien que ese no era mi lugar*

-Siempre tan rápidas y precisas, las acciones tácticas de los Segundos Hijos los hacían ganar tiempo y oportunidad. Con su ejército disminuido, Cersei Lannister tendría que comprender el mensaje: esa guerra sólo tendría una ganadora. Aún así la Madre de Dragones sentía preocupación ; no saboreaba la victoria. Aún estaba latente el peligro que avanzaba en el Norte. El ejército más numeroso en ese instante... Tendrían que ejecutar planes enfocados en el Rey de la Noche. Tras una tarde de asuntos diplomáticos, accedió a la nueva audiencia en pleno Crepúsculo. Allí en una tienda improvisada para los asuntos internos de su Consejo.-


¿Cuántos hombres nuestros perdimos, Capitán? Espero que hayan podido tomar caballos o alguna herramienta que ayude a los nuestros. No podemos desestimar recursos.

*Al ver la buena disposición que vos mostrabais para lo planificado por mi, doy cumplimiento a su mandato, retirándome del lugar no sin antes regalarte otra cortéz reverencia, y como siempre, una sonrisa*.Nos vemos pronto, mi reina.

*Al otro día pasó lo que tenía que pasar, los soldados Lannister se encontraban rodeando a quienes venían con las provisiones, prontos para el ataque hasta que fueron sorprendidos por los ultimos hijos y no tuvieron nada que hacer allí. Mis hombres y yo los matamos a todos, ésto llegó a oídos de la reina a través de un cuervo enviado por mi, junto a la solicitud de otra audiencia*

Una emboscada... -Su mirada se distrajo de la mesa solamente hasta que analizó la situación ; desde su estatura miró al Capitán. Era difícil definir si estaba conforme, o si se encontraba a punto de reclamar la decisión a sus espaldas. Resultados eran resultados, y él le ofrecía uno. Así que carraspeó con suavidad y asintió, aprobatoriamente.- Reúne a tus hombres en White Harbor. Los tomaremos por sorpresa y veremos qué provecho sacar de ello. -Sonreía, pero con mesura, dándose la vuelta para comenzar a rodear la mesa ,hasta llegar a ese punto donde se encuentra el puerto que conduce a los caminos de Winterfell.- Así que rompió el pacto ; no hay tregua ya.

Sin embargo, majestad, tomándome el atrevimiento de haberlo hecho a sus espaldas, envié a los segundos hijos a investigar cierto rumor que llegó a mis oídos. *Soy un pequeño y ligero salto moviéndome de lugar por el lugar, quedando justo enfrente de vos para que puedas verme con más claridad * Parece que los soldados de Cersei pensaban atacar el desembarco para dejarnos sin provisiones, pensé que lo mejor era dejarlos venir, y matarlos. ¿Le parece mi plan adecuado?.

Supones bien. Con todos. -Para ese momento su atención estaba al pleno sobre la antiquísima mesa labrada con la formab de Westeros, incluidos todos sus Siete Reinos. Sí comenzaba a crear una estrategia ; probablemente habría de externarla a todo su consejo, sin embargo casualmente había llegado su Capitán.- Algo que debo reconocerte, Daario Naharis, es que la producción de enseres en Meereen superó mis expectativas. Los granos que trajimos ayudarán a mantener nuestras tropas alimentadas por al menos un año más.

Ese gesto serio que hay en vos, mi reina, me indica que tiene planes en mente. *Afirmo sin dubitar, colocándome a una distancia de metro y medio de tu persona para poder hacerte una respetuosa reverencia.* Quiere compartir aquello con sus más allegados?