No me importa si he de cabalgar contra el enemigo con un hijo en mi vientre. Más a mi favor: desde allí dentro habrá de bailar con las llamas, y acunarse con los lamentos de los últimos muertos de ojos azules. Desde allí dentro saboreará la victoria de sus padres, y conocerá el cobijo de su Reinado. Del Reinado que algún día será suyo, con Fuego y Sangre.