Daeir Glidewulf

—El emblema es quien me dice a donde debo ir y también se encarga de fortalecerme, aunque eso último no se lo puedo mostrar pues cualquiera con sentido común se turbaría, así que probablemente obtenga el poder que obtuve de esta misión cuando ya me vaya—

-Finalmente terminó de cocinar y sirvió una porción para ambos, aunque la porción del Paladín era un tanto...Era diez veces más grande que la de la pelirroja. Amablemente sirvió su plato y haló una silla para que se sentase.-

—Robó ese destello de nerviosismo para si, haciendo que las rajas de sus brazos se atenuaran un poco. Nunca había tomado energía de un ser bendecido por un dios bueno, y le causaba bastante curiosidad.— Bueno, puede ayudarme a recobrar mi magia y energía. No haré nada indebido, lo sabe... Pues mirarlo como el ayudar a alguien que lo necesita. Aunque... Quizá después de comer.

—Presionó los dedos índices sobre los costados del paladin a manera de juego, antes de apartarse cuidadosamente de él.— A todo esto... ¿Está bien si está aquí un poco más? Nunca le he preguntado de que forma toma misiones y sube de nivel. ¿Tiene un gremio?

-Estaba tan concentrado en su cocina que cuando sintió la cercanía ajena y aquella voz en su oído no pudo evitar estremecerse de pies a cabeza. El rubio tuvo que luchar bastante para no votar el platillo que estaba preparando y ocultar el sonrojo que aquella repentina situación le produjo-

—¿O-otra cosa? ¿Q-que podría ser?—

-Mantuvo su vista en su cocina pero era claro que de nuevo había logrado sacarlo de balance con aquella situación-

Tengo un voto de pobreza. —Inquirio con calma.— Pero no es un tesoro monetario como oro lo que tenía, sino un artefacto divino, creo que pertenecía a un templo. Iría por él pero... Las brujas no somos bienvenidas en lugares divinos...

—Se encaminó hacia él al verlo tan entretenido; no pudo evitar colocarse tras él, alzándose un poco en puntas, para susurrar cerca de su oído.— En ese caso, usted puede darme otra cosa...

—No, solo deseaba quedarme con su corrupción purificada, pero de eso se encarga el emblema—

-Hizo aparecer una sarten y diversos utensilios de cocina, además de aceite de oliva la cual uso para bañar el sarten, una vez estuvo bien caliente procedió a poner la carne ya picada y los vegetales-

—Si ocupa el tesoro para algo puede quedárselo, no necesito riquezas mi lady—

-Hizo aparecer un especiero y baño el contenido de la sarten para luego poner algo de agua y que la comida no se secase de más-

Puedo hacer muchas cosas, pero no tengo las herramientas suficientes para hacerlo. Artefactos incluso. —Se inclinó sobre la mesa donde estaba el caldero.— Puedo hacer mágicas sus armas también, con una cualidad, aunque es un trabajo pesado.

—Ajustó los labios un poco.— Tenía un taller en la capital, pero la gente comenzó a hablar, que yo era una bruja y no un hechicero. Como comenzaron a desaparecer niños, me culparon de ello y por poco acabo en la hoguera... Solo por tener un lineamiento neutral. Hm.

—Se quedó en silencio observando solamente lo que el caballero hacia. Había olvidado lo sucedido de pronto.— ¿Se quedará con el tesoro que dejó el demonio?;

—Lo tomaré como un cumplido mi lady—

-Observó las pócimas como examinandolas, la verdad es que se quedó sin las provisiones que le habían dado para comenzar su viaje más rápido de lo que había presupuestado‐

—Muchas gracias por hacerlas para mi...—

-Pasó sus manos por cada uno de los frascos los cuales desaparecieron como si se deshicieran átomo por átomo, claramente los estaba almacenando con magia-

—Bien, mejor ponerse manos a la obra—

-Comenzó a filetear habilidosamente la carne y luego de cortar unas cuantas porciones generosas guardó también la carne-

Es un hombre de fe, claro que es perfecto, sobre todo para la sociedad de afuera... —No quiso decirle acerca de que estaba en la casa de una bruja que podía sanarlo, pero no iba a quitarle el placer de hacer lo que sentía que debía, pues parecía destellar en ese momento. Habia colocado los cuatro frascos en su mesa, al lado del caldero apagado dónde hacía sus pociones, con un líquido sutilmente enrojecido.—

Si. —Se sorprendió del trozo de carne que había sacado. No pudo evitar dar una gratitud mental ante el animar que había entregado su vida para que otros puedan vivir.— Imagino que debe de necesitar comer bastante para mantenerse con toda la actividad. —Cerró los ojos... ¿Hacia ya cuánto que no comía en propiedad?— O al menos la cuestión física que me mostró en batalla... Oh, por cierto. Estas son las pociones que hice para usted, que me pidió. Su efectividad es de 180 días en cada frasco, así que debe recordar tomarlo antes de que acabe su efectividad.

—¿Perfecto? Para nada mi Lady, tengo muchísimos defectos—

-Comenzó a encender la estufa la cual funcionaba con carbón, usando su magia de fuego-

—Al contrario mi Lady, si no como mi recuperación será más lenta, además debo consumir una gran cantidad de calorías al día—

-Y dicho eso, hizo aparecer una pierna de animal en la mesa, pues su Item Box, habilidad de magia de vacío le permitía preservar alimentos-

—¿Come carne mi Lady?—

—Dio un suspiro, que ocultaba una leve risa al escuchar esas palabras; aún no había recuperado su magia (pero no iba a fastidiarlo con eso ahora, no podía), por lo que aún era notorias levemente en su piel las fracturas de debilidad, como si de una muñeca de porcelana se tratara.—

No lo pongo en duda. Usted es un hombre perfecto. —Susurró, mientras permanecía al otro lado de su mesa de trabajo, tomando los frascos con pociones para entregarle las que le pertenecían. Actuaba con un poco de lentitud.— Pero, ¿está seguro de que está lo suficientemente sanado para cocinar?