-Una suave sonrisa se dibujó en su rostro, soltando la mano con delicadeza de aquella mujer, también hizo una reverencia leve ya que era lo que la cortesía le dictaba-

Esta bien mi Lady, entonces me marchó.

-Dicho eso el hombre simplemente dio media vuelta y comenzó a emprender su camino-

—Se inclinó un poco ante él, tomando su mano derecha, para depositar un beso en el dorso de ésta.—

Le esperaré, mi señor.

-Escuchó con cuidado todas y cada una de las palabras que la mujer le había dicho, tomó la nota y con cuidado la dobló y la metió en el bolsillo interior de su saco, donde iban las cosas importantes, así ni la perdería-

De acuerdo mi Lady, puede contar conmigo, en cuanto termine mi misión traeré esa especia que es de tanta necesidad para usted.

Le agradeceré profundamente, puedo compensarlo con pociones o medicamentos.

—Sacó del morral de piel que llevaba a la altura de su cadera una libreta y un lápiz, solo para anotar algo en el papel.— Es una especia que no se encuentra aquí y sirve para curar venenos fuertes. —Le entrega el papel con un garabato indescifrable.— Si lo muestra a un boticario, sabrá de que se trata. ¿Puede traermelo después de su misión, por favor?

Claro, si es algo que puedo cumplir, con mucho gusto lo haré mi Lady.

Uhm... En ese caso... ¿Puedo pedirle un favor? Del exterior. Para cuándo esté de vuelta.

Si, pronto iré a una de sus ciudades, el emblema me marca que allí hay un creciente mal, entonces es necesario erradicarlo.

Si, tal vez.

No suelo visitar el mundo exterior con regularidad, me aterra.

¿Irá entonces al exterior?

Acostumbro a usar estas ropas cuando me encuentro en alguna población o ciudad es lo que usan en el mundo exterior normalmente ¿no?

¿Va a un lugar especial, mi señor?