-Sacando la lengua al recordar lo dulce de los postres, separaría sus brazos y los llevaría hacia atrás de la cabeza.- No gracias. Ah no ser claro que vayan a la barrera.- Aquel gesto de desagrado cambio a uno más risueño. Considerando sus investigaciones siempre que tuviera oportunidad buscaría la manera de ir a la dimensión de los vampiros.. ese gesto sin duda y como siempre le hacía lucir malintensionado.-
Respiro aliviado de la situación no creyó que se fuera a perder de tanto solo por explotar el lugar. Sonrió para con Dominique quien hable tenía secuestrado uno de sus brazos, palmeo su antebrazo. —Me alegra que estén bien chicos... Y acepto tu propuesta, me encantaría Domi. — la ilusión en su mirada le hizo cambiar el gesto a uno más infantil, con esa emoción de inocencia e ingenuidad, casi babea de recordar lo bellamente decorados de esos postres. —ven con nosotros Vanitas! — extendió la invitación hacia el peliazul mirándole con el mismo ánimo que le dicta su corazón.
No era un secreto para nadie que Noé encontrara la belleza hasta en el más mínimo y pequeño detalle aún si este fuera una simple luminaria o una fuente, hasta en eso podía sentir su emoción regalándole una risa suave y apenas perceptible. — ¡Tú estás bien! Has logrado dormir y mejor aún, ¡Estás aquí después de este pequeño tropezón del lugar! Ah, no sabes… qué alivio. — Admitió acercándose a él lo suficiente para tomarle del brazo con sus manos. — Deberíamos ir por una de esas tartas que te he guardado. ¡Vamos, vamos! —
—¡Qué terrible acontecimiento! ¿Están bien? Luego de días sin dormir me quedé dormido y a penas hace un rato salí...tengo que admitir que me distraje con los arbusto de la avenida y esas luminarias modernas! Que maravilloso! — se le iluminó la mirada al describir tales acontecimientos, que para todos son banales pero no para él.
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-Entorna los ojos al tanto que escucha una voz familiar interrumpiendo la charla infantil.- Nada en realidad, ya que nunca te enteras de nada por estar comiendo o distraído observando las ruinas de esta ciudad.- Cruzando sus brazos inclino su rostro por un costado. Su mirada se apaga lentamente al tanto que continúa.- La dimensión de Iorbix falló ayer y casi nos volvemos polvo. En esa dimensión maestra están sustentadas todas las demás, incluidas Altus y París.-
— ¡El es tan precioso que iOrbix volvió para permitir que lo viéramos más y más! Así que no me vengas con eso de que nadie porque aquí el único que piensa eso eres tú, Vanitas. —
