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DR1576984 · M
Con el arder de la mujer, pudo percatarse que el embriagante efecto de las feromonas iba desvaneciéndose y su mente dejaba de ser atormentada por tantas fantasías e ideas sexuales, de fornicación y placer desinhibido que buscaban distraerlo de su actuar. Su rostro permaneció amargo. Era algo que tenía que hacer, sabía la naturaleza de aquella dama no obstante, no pudo evitar sentir algo de pena al verle volverse cenizas a manos del fuego, a manos del Ave Fénix.
— Adiós, Lil-.....
Estaba agotado. Gruesas gotas de sudor caían de su frente y el dolor al usar su Engaño y aquellas cadenas de maldad a través de esa Visión artificial comenzaron a tener efecto sobre él, haciéndole caer sentado sobre las arenas y dejar su espada caer al suelo. Algo agitado, parpadeó unas cuantas veces pues a medida que esto tomaba lugar, pudo percatarse que la presencia de la demonesa desapareció, mas no a causa de muerte, sólo se desvaneció, como hubiese quizá huido.
— Adiós, Lil-.....
Estaba agotado. Gruesas gotas de sudor caían de su frente y el dolor al usar su Engaño y aquellas cadenas de maldad a través de esa Visión artificial comenzaron a tener efecto sobre él, haciéndole caer sentado sobre las arenas y dejar su espada caer al suelo. Algo agitado, parpadeó unas cuantas veces pues a medida que esto tomaba lugar, pudo percatarse que la presencia de la demonesa desapareció, mas no a causa de muerte, sólo se desvaneció, como hubiese quizá huido.
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