[code]tomándola en brazos desnuda e inconsciente para proseguir a su habitación de hotel con ansias de deglutirla sucia y grotescamente como todo un negligente anfitrión.

—Nos vamos a divertir un poco Lilith...—[/code]

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[code]Se retorció como la bestia monstruosa y salvaje sacando las garras, tirando brutalmente de las cadenas que la suspendían y trituraban como una perfecta marioneta. Malhumorada e indignada de ser invadida y sometida, nerviosa transmutó su silueta en un reptil inmenso pero su figura delgada y femenina palpitó herméticamente. No había suficiente energía y se incineraría viva en el ridículo infierno creado por un mago de quinta. Era el colmo de la ironía.

La mujer encadenada y servida como trofeo se derritió sonriéndole coquetamente...En realidad se descolgó en la forma de un montículo de cenizas con una teletransportación escapó rompiendo sus conexiones que anclaban el destino del otro.

Dañada psicológicamente fue a parar a una de las orilla de los paradisiacos mares del Hawai, desmoronándose marchita como una sirena apenas vibrando vida a murmullos. Un hombre la recogió...[/code]

[code]Le permitió entrar a su centro sin alzar escudo más disonante y desgarrador que sus sollozos de desamparada niña perdida, transformándose en la "otra" criatura. Desplegó las alas monstruosas pero solo para refugiarse y protegerse de esas abominables y carbonizantes llamas flagelando su perfecta, inofensiva e indefensa silueta. El fuego lamió su fisurada mente traumatizándola.

—No...No...no quiero...me duele...me arde...No...¡Nooo!—

Siseo al ver como la piel suave e intacta de sus piernas empezaba a chamuscarse, se encogió, inhalando y exhalando el humo ahogada. En ese instante las cadenas, símbolo restrictivo de castigo divino, la hizo estallar en un aullido de perra lastimada, su temperamento frenético colapsó al borde de la locura...[/code]