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DMx1576397 · 22-25, M
— No te preocupes por eso. — Y la miró, después de mirar una a un las máquinas de nuevo para recordar qué había disponible.

— Todos somos fantasmas aquí. Formamos parte de las operaciones secretas de la colonia, y todos nuestros archivos han sido eliminados; además saben quién eres, y todo lo que ha pasado. Tan sólo no salgas de las instalaciones, afuera si tendrás un nombre diferente. ¿Se te antoja alguno? — Y miró una máquina de KOF. — ¿Qué te parece esa? Podríamos apostar. Si te gano yo elegiré tu nombre.
Evitó su mirada cuando supo en lo que estaba pensando, menos mal ya habían dejado el ascensor atrás. Al llegar observó a todos los presentes, hasta que se aferró al brazo del castaño, tirando de este para que se detuviera un momento.

¿Duo? ¿Esta gente... tus amigos saben quién soy? ¿Saben de...? ¿Debería presentarme con otro nombre? —lamentó haberlo detenido en su camino hacia la máquina de juegos. Ya había visto algunas en su vida, y era tan competitiva que terminó rompiendo una cuando perdió, exigiendo una revancha. Pero ya varios se habían acercado a saludar a su amigo. No pudo impedir sentirse engentada y sin ánimos de convivir, le costó sonreír, pero creyó prudente usar los modales que aprendió en Japón para este tipo de presentaciones; dedicándoles una sutil reverencia a los presentes, acompañado de un "Hallo".
DMx1576397 · 22-25, M
Le dirigió una mirada pícara cuando casi escucha la palabra novio. Ahora que lo pensaba no tenía idea de qué eran, pero era claro que sobrepasaba la amistad. No obstante, ese título involucraba dar pasos que no sabía cómo darlos, menos con la alemana. Ella estaba sola en la colonia, y no se perdonaría hacerla sentir incómoda en un sitio que ya era extraño.

Sacó eso de su cabeza, después llegaron. En general había mecánicos aquí, y alguna que otra mujer del mismo oficio. No había un inflable, pero...

— ¡No puede ser! — Y de inmediato fue hacia una máquina de juegos: arcade. Muchas de ellas. Le brillaron los ojos de emoción, y no tardó en saludar y agradecer al resto por ello.

Acercó a Asuka, presentando uno por uno a todos.

— Él es mi colega Howard. Me debe dinero, pero es agradable. Y él es... — Continuó.
Se contuvo de responderle algo hiriente cuando le pasó el brazo por los hombros. Volteó a verle cuando le escuchó reír.

Mi genética dicta que creceré más, pero sería vergonzoso si creciera más que tú. Así que crece, crece mucho más —dijo mientras cruzaba los brazos a la altura de su pecho, notando que estaban a tres pisos de llegar—. No pienso tener un novi... no te hablaré más si eres más bajo que yo —sentenció y en cuanto las puertas se volvieron a abrir, aguardó un momento, como si estuviera en shock por los ruidos que escuchaba de... gente divirtiéndose. No quería indagar en el por qué, pero eso le dio una sensación de angustia, así que esperó a que este la siguiera guiando—. Pides cosas muy infantiles —le recriminó—, pero si no está ahí tu castillo, los mataré a todos.
DMx1576397 · 22-25, M
— Lo sé. Hablaremos a fondo, pero por ahora no hay nada que podamos hacer. — En el ascensor pasó un brazo sobre sus hombros, notando algo extraño. ¿Estaba volviéndose más alto? Sintió un ángulo diferente al poner su brazo, y eso le hizo reír.

— Debes comer mejor, Asuka. Estás quedándote pequeña; dentro de poco seré mucho más grande que tú. — Y le acarició el cabello. La fiesta ya podía escucharse desde ahí, con música y algunas voces.

— Pedí el castillo inflable, espero me hayan escuchado. — Claro que no sería así, pero quería jugar con la idea.
Era bueno mostrarse así ante él, después de esas horas en soledad en su departamento. Era la primera vez en su vida que se preocupaba por alguien más, sí, era una preocupación genuina. Quería protegerlo de sí misma, ojalá pudiera ser una mejor versión de lo que fue antes, pero ese fantasma estaría detrás de ella de por vida; cada noche se lo recordaba.

Se afirmó a la mano del castaño y suspiró profundamente antes de salir al exterior.

Duo —le llamó mientras recorrían el pasillo hacia el ascensor—, espero que tengas presente que tenemos una plática pendiente —le recordó con una voz alarmantemente calmada mientras alzaba la mirada hacia el marcador, y cuando las puertas se abrieron frente a la pareja, ella fue la primera en entrar—. A veces se siente como si siguiéramos... allá —murmuró, apegando espalda y cabeza a la pared metálica, juntando los párpados mientras descendían.
DMx1576397 · 22-25, M
Algo dentro de él reaccionó al verla, evocando ese momento donde la vio por primera vez: radiante y fuerte. No estaba lejos de ello ahora, y eso le causó sentimientos encontrados.

No pensó volver a verla igual. Alguien como ella necesitaba metas grandes, y de momento no podía ofrecerle ninguna. Pensó que ella iba a aburrirse o empeorar, pero al parecer las cosas seguían a flote.

Le ofreció una mano para poder llevarla.

— Esa es mi chica. —
No había mucho de dónde escoger luego del montón de ropa que este le había llevado, pero por suerte, era tan bella que lo que se pusiera se le veía bien.

Eligió un vestido blanco. El diseño era algo infantil con esos tirantes y broches similares a los de los overoles. Apenas le llegaba encima de las rodillas. Pero esta vez no se hizo de medias coletas, sino que dejó su cabello suelto, completamente. Parecía una cascada de fuego intenso, más flameante que nunca.

No quería que nadie me viera como llegué. Estoy lista. Vámonos.
DMx1576397 · 22-25, M
— Supongo que puedo estar listo después de esperarte como dos horas.
¿Estás listo?

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