-Le sonrió con calma, se notaba que apenas había despertado por su cabello ligeramente desordenado, dándole un toque encantador a su rostro, alzando ambas manos para deslizarlas por el pecho de su mellizo, acariciándole; esto causó que la sábana cayera, exponiendo su desnudez total ante él.- ¿Y qué harás ahora qué he despertado? ~

Creí que todavía estabas dormida —Sonrió suavemente al recibir el beso, girandose para encontrarse con la preciosa figura de su hermana, la bata a medio poner cayó de nuevo al suelo y sus brazos la rodearon, apegandola contra él— No hay ningún apuro, solo no quería despertarte aún.

¿Por qué tanto apuro por vestirte? -Se levantó de la cama para ir detrás de él, ella apenas y se cubría con la sábana, arrastrándola por el piso. Se le abrazó y beso su espalda hasta el hombro con dedicación, suspirando ahí mismo.-