Parpadeó levemente sorprendida. Llevó su índice de la diestra a sus labios un poco confundida. Entonces, si él entregaba su corazón en esos discursos, y tomando en cuenta que era un hombre bastante serio... quiere decir que esa poesía era verdadera y, tenía mucho más sentido del que su poca inteligencia alcanzaba a percibir.

Dominó las ganas de tirarse al suelo por su carencia de comprensión auditiva. Oh, bueno. Al parecer no todos pueden ser buenos apreciando lírica poética o como se dijera.

A pesar de su alboroto mental, una sonrisa floreció encantada por el ánimo en derrotar al enemigo sin temor alguno. ¡Digno de todo un príncipe encantador! —¡Seguro que impresionarás a cualquiera que te enfrentes, Mamo-Chan! —A diferencia suya que tan pronto ve problemas, corre.

¿Poesía graciosa? ¿Acaso él se veía gracioso cuando decía algo? Intento recordar alguna vez en la que él hubiera dicho algo fuera de lugar pero sus acciones le eran tan naturales que no encontraba nada malo, ahora...si alguien más las dijera.

—Supongo que es muy fácil decir o hacer cosas con un disfraz. Aún así siempre trato de hacer mi mejor esfuerzo también.—

Esta vez menos avergonzado volvió a imitar a Usagi e incluso invento un par de poses que podían ir más con su propia personalidad.

—La próxima vez sorprenderé tanto al enemigo que vencerlo no será un problema.—

Ocultó sus risillas en la palma de su diestra, no quería ser mala con él, pero, la leve vergüenza de Mamo-Chan era graciosa. Aunque no tenía nada de malo en hacer poses lindas, ah. Sin embargo, no todos tienen su mismo amor por señas "cute". —Mamo-chan. —Llamó su atención. —¿Usako también debería intentar decir poesía graciosa? —Pestañeó varias veces con sus ojitos de "cachorro". ¡Daría lo mejor de sí misma para dar los mismos raros discursos que él daba!

Mamoru quien había sido contagiado por la emoción de Usagi había logrado ejecutar con éxito -aunque con cierta rigidez- cada una de las poses de su compañera, estaba avergonzado por lo que al termino abandono esa postura lo antes posible, respirando profundamente para tranquilizarse.
—Esto jamás lo volveré a hacer, es demasiado para mi.—

¡Aw, le sale muy bonito! Se ve como todo un guerrero guardián.