Tengo 18 años, tengo edad para estar aquí..

— asiente varias veces, sin poder relajarse aún por lo que voltea a ver a Dritzer con su pareja por un momento.—
Les presento mi profesor de música Lex walner — con la palma abierta señala al hombre mayor, formando una sonrisa en lo labios.—
Dritzer, un amigo de hace tiempo..

— ¡AMOR! Que divino, nunca habíamos tenido una cena doble. —Fingiendo que todo aquello era planeado y aguantandose lo mejor que podía las ganas de escupir veneno por cada uno de sus poros, señaló el asiento a un costado de la pelirroja, invitando a sentar al recién llegado— Por favor, ¡siéntate! Alice Jaegerjaquez, encantada —Estiró su mano y al mismo tiempo, como si en realidad no esperara el saludo de vuelta, le hizo señas a un mesero para que se acercara— A todos les gusta el tequila, ¿no es así?

Sonreía amable ante los presentes.
— Hola, señorita Thompson. ¿Qué hace usted aquí?, ¿Ya tiene la mayoría de edad? — preguntó curioso; en su rostro no figuraba descontento.

Volvió la mirada a los otros dos jóvenes cercanos y aparentemente conocidos de su alumna.

— ¿Cómo se encuentran? Espero no incomodar les.

Tardó en reaccionar al costarle creer que su profesor de música le estuviera saludando, por lo que se voltea rápidamente impresionada.—.....— profesor Lex!!..yo..— solo espera no ser regañada cuando debía estar en casa durmiendo.—

El momento se había tornado un poco incómodo, sabía perfectamente que él tenía la culpa de provocar un poco a su esposa, está vez se le había pasado la mano con provocar esos celos en ella así que únicamente se limitó a escuchar a ambas jóvenes y antes de que pudiera pedir algo de comer, sorpresivamente otra persona más se había unido a ellos, aparentemente dicha persona conocía a la pelirroja. —¿Ah? —

Era una tarde fría, aburrida en general, y cómo recién llegado a la ciudad, uno de los primeros lugares a visitar que le recomendaron, era un pequeño bar en las afueras de la ciudad.

Tras pasar por la puerta de la entrada, se encontró con un bien poblado lugar; había más gente de la que esperaba. Sin embargo, su mirada rápidamente escaneó el lugar y se topó con una grata sorpresa. Su alumna de cabellera roja tan llamativa estaba ahí, junto a dos personas más cerca de la barra. Con una sonrisa se acercó a ellos hasta posicionarse al lado de la pequeña Carmille.

─ Buenas tardes, jóvenes ─ saludó e inmediatamente giró el rostro hacia su alumna.─ Qué sorpresa encontrarle aquí, señorita Thompson.

Carmille Thompson, un gusto

— ¡No! Por favor, quédate ~ ¿Cómo dices que te llamas? Dritz me habla muy poco de sus amigas.

Cuando le escucho decir eso, lo vuelve a empujar no era el momento, cuando logra ver a la chica .—
Deben ser muy bellos como sus padres,bueno me retiro, mucho gusto...¿Alice?

— Oh, sí, ya sabes, nuestros hijos son un poco demandantes... —Miró por encima de su hombro, en dirección a la mujer, sonriendo maliciosamente— ¿Te contó que tiene dos hijos? Sí, adorables, gemelos. Adoran a su padre. ¿Me pediste mi trago, amor? —