Se instalo en aquella vieja mansión que había pertenecido a la familia desde tiempos inmemorables, había crecido ahí y conocía cada rincón de esta, ahí esperaría a su hijo, si iban a luchar sería en su territorio y bajo sus reglas —
Derek y Demián no eran los unicos que estaban en aquella mansión, Argenis tambien se encontraba, por supuesto que conocia la antigua recidencia de su esposo y habia sido uno de los primeros lugares en los que habia buscado, encontrandose a quien llamaba su consorte por su cuenta.
Sabia lo que se venía, conocia bien a Derek e incluso su esposo se lo había dicho, que estaba esperando que alguno de sus hijos viniera a intentar retirarlo del trono. Cuando el mayor de sus hijos llegó es Argenis quien lo recibe, mirandole a los ojos y asintiendo como indicandole que habia sido esperada su presencia, sin embargo, abre los ojos al sentir el aroma de su hija cerca, frunciendo el ceño y poniendose en la puerta para evitar que entrara
- Nadie más tiene permitido pasar.
Avisa a Eva, no le permitiria interrumpir a los hombres.