—Sus dedos voluntarios cortaron la piel en el filo expuesto, recorrió de lado a lado con la seguridad de que su pareja no haría movimiento alguno para aumentar el daño impuesto. No era sólo su postura lo que le hacía sentir atraída era también la cantidad de muertos que rodeaban su figura. Sonreír.— ¿Lo logramos? —La sangre que goteaba de su mano se freno apenas le hizo presión a sus mejillas tras tomarle el rostro y la herida lo hizo también. Aquella pregunta en boca de su suavidad magullada por las heridas trataba de relajarle la dureza en sus facciones, aún tenía mucho que aprender de él pero la misión no tenía bajas significativas. Quizá su ropa y algunos huesos que no resistieron los impactos. Sanarían, tarde o temprano.—