Nerviosismo o miedo, más bien guiado por el impulso a permanecer así, estaba listo pero soltó una risa ruidosa cuando ella se negó a morderle, quizás era la eleccion más segura, pero sin duda era la que menos le divertía pero había aprendido a respetarla- A casa entonces cariño, pero te convertire en mi cena a ti - Aclaró sin pudor antes de cargarla dando un colpeciito a la espada que permanecía en el suelo haciendola levantarse y llevandola con el, era un arma particular para su trabajo no ´podía dejarla así como si nada-

- La agilidad que ella había demostrado e causó sorpresa, ella era un vampiro después de todo debía de ser natural para esas criaturas el moverse de esa manera, sin embargo a ella en particular estaba tan acostumbrado a tenerla en brazos y a ser el quien la cargara de un lugar a otro por voluntad propia que era admirable cuando hacía esas cosas, no tardó en usar sus manos alrededor de la cintura ajena para proporcionar un soporte mayor a su peso y aprovechar también para acercarla a si, bastaba inhalar poco de su aroma para deserle, no lo ocultaba, su descaro era tal de manera natural que bajó su mano sosteniendo no la cintura si no apretando un poco uno de los gluteos de su pareja a manera de jugar un poco por ella, el inició el juego por lo que cuando sintió el aliento frío de su chica y el pasar húmedo de la lengua ajena sobre su piel cerró los ojos tratando de reajar su cuello como si con ello fuera a hacer más facil el trabajo de los colmillos de su chica, se aferró a ella, no por

menos un blanco para su alimentación, así que se negó, podía resistir, no confiaba en su fuerza para detenerse, mejor concentro toda esa adrenalina en besar sus labios una y otra vez con ademanes agresivos por tener vivo el deseo por comer.— Vamos a casa, amor... casa... Si —Sus huesos dolían, lo resintió al darse cuenta como le había saltado encima, pero bajarse ya no era opción.—

—Sus ojos rojizos dieron una barrida rápida al suelo en dónde los muertos hacían estorbo, la cantidad de sangre debilitaba su autocontrol, el poco adquirido con los meses. Luego estaba él, tan atrayente para su ansiedad, haciendo esas muecas que le erizaron la piel a cuestión de segundos. Suspiro. En los delgados dedos de la vampira ya había una tensión notoria que no se contuvo hasta que entre ellos pudiera sentir la piel de su esposo. No pudo más. Tan simple como ver la piel reluciente del masculino quedar en exposición sus piernas dieron un brinco para cortar toda distancia haciéndole un nudo en su cadera como si estuviera en cacería para no dejarlo escapar de sus fauces. El control parecía inexistente cuando la primer probada de su lengua aviso a la yugular sus intenciones por incrustar sus colmillos, y solo entonces, a milímetros de cumplir su tarea natural como vampiro se detuvo. Respiraba agitada, haciendo choque con su fría saliva al mantener la boca abierta. Joseph era todo

tu me llevas a casa, esas manos obtendran fuerza con la práctica, ahora necesitas comer un poco - Y eso era o que sabía, el hambre de Bianca era algo que anticipaba siempre y al no confiar en ninguno de los cadáveres regados ofreció el medio mas seguro para alimentarla aunque realmente ambos sabían que de seguro tenía poco-

Si, si, pero ahora - Había aprendido a leer los movimientos de su chica como si de un libro se tratara, la manera en la que se tensaba, como es que reaccionaba a su acercamiento y además el cuerpo de su pareja siempre había sido honesto desde el primer rose entre ellos hasta el abrazo que compartían en ese momento, podía identificar un pcoo el hambre, el deseo, la alegría o incluso la lucha interna por controlar sus emociones- le solto y dio un paso atras para aflojar aquel chaleco que usaba por petición de ella y desarochar un poco la camisa, podría er la última vez que le dejaba elegir el atuendo para cazar, un pr de botones eran suficientes pero sa mirada intensa en el rostro de la chica y ese intencional paso de su lengua saboreandose al verla eran parte del show- Anda, se que quieres un poco - Añadió en un tono grave de voz buscando provocarla aunque sobre todo jugar con ella para finalmente inclinar el rostro dejando expuesto su cuello para ella- Una mordida, después ...

—Habia necesidad de alimentarse por parte de la albina, resoplar, esa debilidad que la dominaba en cada oportunidad de gaste de energía le tenía de malas, no podía regenerarse ni a su piel ni a sus huesos y bajo esa condición recibir el abrazo la hizo apretar su cuerpo. Ahogo cualquier signo de dolor en su voz con el método de morderse la lengua que por mucho tiempo uso en el pasado para encubrir los sentimientos por el cazador, imaginar que ahora era para contener chillidos lo hacía cómico. La alarma sufrida durante el transcurso de tantos enfrentamientos le bloqueaba el deseo de verlo preocupado por ella, así que resistió solo para seguir envuelta en sus brazos, los mismos que tenían el don exclusivo de transmitirle calor a su cuerpo ausente de vitalidad.— Eran bastante montoneros —Arrugo la frente.— Debo ser más fuerte para que no tengas que acabar con todo tú solo, no fui de mucha ayuda ¿cierto, amor? —Mirar sus uñas, estaban quebradas por tanta piel que tuvieron que desgarrar.—

Mejor que la ultima amor, al menos ahora no me lanzarón contra el muro y quedé con door de espalda por el resto del dia. -Respondió en un tono de victoria y con cierta melosidad en la voz al referirse a ella, de inmediato su gesto de concentración se rompió mara mostrarle una sonrisa enorme y soltó la espada de plata en e suelo como si nada, lo cual ya era un gran avance pues sentía bastante fascinación y cariño por sus armas, sin embargo estas no eran competencia para la vampiresa que fue lo que sus brazos rodearón de inmediato bucando acercarla a el, pasó su mano por el rostro de su chica donde había algunas gotas de sangre manchando la piel ajena y se aseguró de dejar limpia la superficie antes e morder con cuidado la piel que para el era suave aunque quedaba claro tras la cacería que no lo era- Perdona la violencia exagerada, es que esa cosa puso sus asquerosas garras de perro, perdón, patas de cerdo sobre ti- Le guiño el ojo con ese gesto de descaro que siempre tenia para ella-

—Sus dedos voluntarios cortaron la piel en el filo expuesto, recorrió de lado a lado con la seguridad de que su pareja no haría movimiento alguno para aumentar el daño impuesto. No era sólo su postura lo que le hacía sentir atraída era también la cantidad de muertos que rodeaban su figura. Sonreír.— ¿Lo logramos? —La sangre que goteaba de su mano se freno apenas le hizo presión a sus mejillas tras tomarle el rostro y la herida lo hizo también. Aquella pregunta en boca de su suavidad magullada por las heridas trataba de relajarle la dureza en sus facciones, aún tenía mucho que aprender de él pero la misión no tenía bajas significativas. Quizá su ropa y algunos huesos que no resistieron los impactos. Sanarían, tarde o temprano.—