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No era lo que denominaría como alguien a quien le agradara de sus compañeros, ya que aun que fuera el precursor de volver andar de pie con aquel aspecto, no era suficiente para que el demonio de rango lunar superior mostraba grata simpatía.

Se giro para verle, los examina con calma con sus parpados decaídos, como si fuera con pereza. Rascando el costado de su cabeza con el filo de su uña entre sus hebras.

· ─ Uhm, supongo que de nada Douma, parece que andas de humor. . .Como siempre. . .Yo solo se que me encuentro bastante bien.

— ¡Doma!

La menor de las lunas superiores fue interrumpida por quién les había dado una segunda oportunidad en la vida a su hermano y a ella, por lo que siempre mostraba felicidad cada que lo veía. Dejó el cuerpo de aquella mujer de 17 años tirado en el piso, con los ojos saliéndose de las orbitas de aquella víctima.

— ¿A qué se debe tu visita por aquí? ¿¡Acaso hicimos algo malo Onee-chan y yo?