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Un suave parpadear vino del propio rostro de aquel demonio al escuchar aquel elogio poco esperado de este, pero se entiende que por costumbre lo hace por querer disfrutar de las compañías otros, aun que estos rara vez charlan con el. Por su parte este lo permite, simplemente porque no tiene nada mejor que hacer.

· ─ Por supuesto, después de todo este territorio es vital para Muzan-sama, Daki y yo escalaremos, quizá tardemos pero ganaremos mas beneficios por parte de el, es un hecho.

Agrego de forma presumida aquellas palabras que salían roncas de su boca, analizando la cabeza que se traía en mano; las mujeres fueron el manjar de este por lo que siempre era menester principal de su alimento, solo puede sentir gracia por la pobre desdichada que se topara con una muerte tan cruda. Pero entonces escucho aquellas ultimas palabras que terminaron haciendo un chillido pequeño en su cabeza, quiza porque detecto algo imprudente en este que le hacia dudar si era lo que expresaba. Lanzando su kama al aire, esta rodaba entre el vision amarilla del la Luna Superior y los del ajeno.

· ─ Entiendo lo que quieres decir, pero quiza lo que entiendo es que con que punto lo dices, viniendo de ti, puede presagiar entre muchas cosas...Cuidado Douma, lo unico que me sirve esta libertad es para extender un poco mas los paseos y las matanzas que realizamos mi hermana y yo..

No era lo que denominaría como alguien a quien le agradara de sus compañeros, ya que aun que fuera el precursor de volver andar de pie con aquel aspecto, no era suficiente para que el demonio de rango lunar superior mostraba grata simpatía.

Se giro para verle, los examina con calma con sus parpados decaídos, como si fuera con pereza. Rascando el costado de su cabeza con el filo de su uña entre sus hebras.

· ─ Uhm, supongo que de nada Douma, parece que andas de humor. . .Como siempre. . .Yo solo se que me encuentro bastante bien.

— ¡Doma!

La menor de las lunas superiores fue interrumpida por quién les había dado una segunda oportunidad en la vida a su hermano y a ella, por lo que siempre mostraba felicidad cada que lo veía. Dejó el cuerpo de aquella mujer de 17 años tirado en el piso, con los ojos saliéndose de las orbitas de aquella víctima.

— ¿A qué se debe tu visita por aquí? ¿¡Acaso hicimos algo malo Onee-chan y yo?