Volteó la cabeza desde fuera del auto para escuchar la petición de su hermano mayor, afirmando con la cabeza volvió a asomarse al interfón del restaurante gritando para que le hicieran caso.

— ¡Y una orden extra grande de alitas de pollo! ¡Sí! La orden más grande de 50 alitas. ¡Y ponme sobres de ketchup para mis nuggets! Vale, ahorita pagamos.

Volvía a meterse al carro agitando su trasero para poder acceder fácilmente, una vez dentro se volvió a sentar en el asiento de copiloto mostrándole el pulgar arriba con una enorme sonrisa en el rostro.

— Te pedí la orden más grande, Onii-chan. ¡Y hoy pago yo! ¡Sin peros!