En ese lapso de tiempo, solo se le quedo mirando recostando su mejilla en su propia mano, mientras el propio codo de aquel demonio se recargaba en su propio asiento. Nota el destello en los ojos, "¿Que habrá pensado?" fue el pensamiento principal antes que se alarmara por los líquidos de sus refrescos, pero quedándose quieto al instante al escuchar.
· ─ Hmm, creo que me suena un lugar así, bien bien...Me gusta, aun que veo que estas muy cargada con la gula ¿Eh nee-chan?, pero no deja de ser lindo de tu parte, ademas me gusta nada como ejercitarse en cazar a puros llorones en pleno parque.
Solo movió la palanca de cambio, asi entonces marco la primera marcha de este asi luego tomara el volante y arrancara de una vez, piso el acelerador y comenzaron a salir a toda velocidad destrozando las puertas del local ya que tardaban en abrirlas; eran baste lentas, fue entonces que marcharon al Este hasta salir de la zona de la ciudad.
Ante la interrogante del mayor, la pequeña se quedó pensativa por una facción de segundos pensando en cuál sería la mejor alternativa. Sonrió de oreja a oreja como si un foco imaginario se prendiera por encima de su cabeza, emocionándose dando un brinco en su asiento que estuvo por hacer que se derramará los "refrescos" (siendo en realidad vasos con sangre).
— ¡Mmm! Vamos a comernos estos a las afueras de la ciudad, ya sabes donde hay un parque al que solo van los tontos, ya que aparte es un buen lugar para dar caza en la noche y llevarnos un buen aperitivo a casa Onii-chan.
Prosiguió a colocarse el cinturón de su seguridad esperando a que su hermano mayor arrancará aquel vehículo mejorado gracias a lo que habían hecho haciendo trabajos especiales.
Solo cerro los ojos y apoya su codo en el soporte de aquella puerta del auto, contempla la calma que se percibía aun que no sea como todos la imaginen, pero le daba igual a el le gustaba, una pequeña sonrisa de satisfacción fue la prueba de este.
Cuando la ajena volvió sus parpados se abrieron se abrieron, dejando que los delgados ojos decaídos se fijaran en las combras, el olor a la fritura y la sangre hacían buena dupla. Sonrisa coscorrón le dedicaba a su hermana, acariciando la mejilla y dándole algunas palmaditas suaves en la cabeza.
· ─ Bien, bien...No pasara como la otra vez, esta vez te noto mas entusiasmada Nee-chan, dime ¿Quieres ir a comer en algún lugar especial o comemos aquí?
Agrego con esa voz ronca, notando que ahora aquel mayor estaba mas complacido, debido a lo que paso últimamente, quería hacer mejor las cosas para el humor de la hermana.
Volteó la cabeza desde fuera del auto para escuchar la petición de su hermano mayor, afirmando con la cabeza volvió a asomarse al interfón del restaurante gritando para que le hicieran caso.
— ¡Y una orden extra grande de alitas de pollo! ¡Sí! La orden más grande de 50 alitas. ¡Y ponme sobres de ketchup para mis nuggets! Vale, ahorita pagamos.
Volvía a meterse al carro agitando su trasero para poder acceder fácilmente, una vez dentro se volvió a sentar en el asiento de copiloto mostrándole el pulgar arriba con una enorme sonrisa en el rostro.
— Te pedí la orden más grande, Onii-chan. ¡Y hoy pago yo! ¡Sin peros!
Nuevamente en el local, ahora el servicio era mas rápido en las noches, pero como era costumbre la hermana se adelantaría nuevamente pedir la orden mientras quedaba en aquella posición un tanto incomoda.
Cuando recibe el golpe en su rostro por el trasero este rebotaba al minimo movimiento, solo se dibujo una pequeña sonrisa triunfante, dejando ver sus dientes filosos acompañado de un rubor en su mejilla.
· ─ Sin...Problemas Nee-chan, no te olvides de las alitas de pollo esas me encantan hasta morir, aun que no pueda. Kakaka! (?)
