« Back to Album · Next »
Si bien Diluc era conocido en Mondstadt por no permanecer demasiado en un mismo lugar, no podían negar que era un hombre bastante responsable. Y es que, a pesar de sus viajes constantes, solía pasar ocasionalmente, e inclusive atender a los clientes personalmente en su taberna Obsequio del Ángel. Justamente hoy, era una de esas raras ocasiones. Tenía que conversar con Charles, su empleado de confianza, sobre lo que hacia falta en el local; entre insumos y mantenimiento...
 
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
[...] esas viejas partidas de ajedrez que solían tener en la sala de juntas de Ordo Favonius tras un entrenamiento o en su tiempo libre. Un recuerdo dulce, pero que solo quedaba como eso.— Ah, no, no. Mis informantes están bien, pero a veces es más divertido hacerlo por ti mismo, ¿no lo crees? —Inquirió. Su mirada inquisitiva se dirigió de nueva cuenta a Diluc, no con intención de retarlo al mover una pieza más sobre el tablero, era simplemente su curiosidad que lo obligaba a alimentarse y descifrar cualquier cambio de gesto en él.

Finalmente, suspiró y negó más de una vez cuando le pareció tan divertida la seriedad que a veces podían tener en sus conversaciones o él mismo en sus gestos, como en ese momento. Y aunque le fascinaba encontrarse siempre con Diluc detrás de la barra, le privaba de esos momentos importantes donde podía acercarse a la mesa de cualquier borracho interesante para sacarle hasta la última gota de información sobre algún caso.
 
Send Comment

Add a comment...
 
Send Comment