Ambos jóvenes de la nobleza llegaron hacia el puerto de Kalessa, en una zona en donde no estaban los pescadores ni marineros cerca. Al salir del agua, Dáleth rápidamente se convirtió en humano, escondiéndose detrás de unos arbustos.

— Aún me da miedo mostrarme ante los habitantes de Kalessa, sin volverme a poner de mi perfume. — Sacó su perfume neutralizante para esparcirlo por todo su cuerpo. — ¿Se me nota mucho mi olor a feromonas?

-Toma forma de cuervo para salir volando directamente hacia kalessa-

— ¡Muy bien! — En ese momento, tomó la apariencia de beluga, para disponerse a nadar hacia el Reino de Kalessa, con el objetivo de conocer la nueva casa del cuervo violeta.

BIEN!! tengo que enseñartela, es realmente hermosa!

— ¡Bien! ¡Vayamos a Kalessa! ¡Muero por conocer tu casa nueva! *.*

Pues no tengo problemas en dormir contigo -responde el cuervo, las plumas de su cabeza moviendose-

— ¡Jajaja! A veces pierdo el tono de piel que me gusta, cada vez que vuelvo al agua. — Le respondió, haciéndose a un lado para que se acomodara junto a él. — Si vamos a Kalessa, llevaré esta cama también para dormir sobre el agua. O si deseas, dormimos juntos.

Pero si ya eres moreno... -comenta confundido con lo del bronceado, pero lo sigue de inmediato a aquella cama flotante- Estas seguro...?

— ¡Claro! A veces uso esta cama inflable, cuando quiero descansar sobre el océano y para broncearme en medio del agua. — Le contaba muy sonriente, llegando ambos en poco tiempo al mar. Colocó la cama inflable sobre el agua y se recostó sobre ella, sonriente. — ¡Ven, es segura!