— Pues nada mal, la verdad. La corte diplomática en mi reino continua siendo la más sólida e influyente en Animalia, aún en los momentos actuales en los que nuestro monarca no está presente... — Le respondió en voz baja, ya que no quería que los miembros de la guardia de Kalessa le escucharan hablar en voz alta de Atlantis, para no llamar demasiado la atención al ser extranjero. — Pero...¿Usted siempre ha servido a la Corona de Kalessa, Sr. Frederik?

Hahaha, perfecto -le comenta, atravesando la guardia principal del castillo junto con el chico, pasando sin demasiado problema ya que por supuesto, nadie le iria a detener- Entonces... como va todo en Atlantis?

— ¡Es increíble! Nunca creí que en Kalessa llegaría a conocer a alguien que tuviera contacto tan directo con Atlantis, como usted. ¡En serio le agradezco que quiera ayudarme! — Le abraza el brazo del cual se estaba sujetando para ser acompañado por el carnero al castillo del Rey Siro, muy emocionado. — ¡No se preocupe! ¡Le prometo que no levantaré sospechas allí!

Eres... el hijo de Lady Malia? Vaya... en verdad ha pasado el tiempo haha -comwnta, asintiendo directamente a las palabras ajenas- Si, recuerdo a tu madre, mujer hermosa la verdad, la mujer mas bella de todo el reino acuatico

— ¿Frederick? ¿Es usted el General Frederick? — Cuando era niño, Dáleth recordaba que en las historias que sus cuidadores contaban sobre su madre, también mencionaban a un militar extranjero que solía visitar parte de la superficie de Atlantis y que, aparentemente, era un amigo cercano de su madre. — ¿Usted...Conoció a Lady Malia? Ella era mi madre.

Perfecto -le dice, manteniendose cerca suyo y comenzando a caminar en direccion al castillo, suspirando suavemente en todo momento- Ah, creo que no me dijiste tu nombre... me llamo Frederik, pero puedes decirme Fred si deseas. Soy buen amigo de tu reino, o eso quiero creer haha.

— ¡Oh, por todos los mares! ¡Gracias por decirme que está bien! — Dijo muy aliviado de saber aquello, dejándose atraer por él cuando le tomó el hombro con la mano. En cuanto escuchó su indicación, asintió con la cabeza, estando de acuerdo en ello. — ¡Si, señor! ¡Se lo agradezco!

Se sorprende por la razon de su visita, ademas de ver la piedra que tenia en ese momento, suspirando y asintiendo- Wilde esta bien, si eso es lo que te preocupa... puedo ayudarte a entrar sin problemas -comenta pasandole la lano por el hombro para atraerlo- Pero tienes que dejarme hablar a mi, si?

— Bueno...Vine a Kalessa para ver a mi amigo. Se llama Wilde, es un cuervo como de mi edad. Lo exiliaron de su reino injustamente...Alguien que trabaja directamente con el Rey Siro, me dijo que Wilde estaba aquí. ¡Quiero saber si está bien! — Le explicaba en voz baja, notándose algo preocupado.

En ese momento, del interior de su ropa sacó el collar que usaba en su cuello, el cual tenía una piedra preciosa distintiva de la nobleza y realeza del Reino de Atlantis.

— No vengo a causar disturbios, señor. Soy Dáleth, príncipe y consejero del reino de Atlantis. — Se presentó ante él mientras le mostraba el collar, demostrando así que no era un habitante de Atlantis cualquiera.

-el hombre se sorprende de verlo arrodillarse, suspirando y haciendole ponerse en pie- Puedes decirme entonces... cuales son tus asuntos? No puedo simplemente dejarte entrar al castillo sin razon.