— Oh... — Se giró para verle cuando sintió la mano de él acariciando su espalda, para calmarle. Ante ello, Dáleth soltó un profundo suspiro, relajándose por esto y sus palabras. — Está bien...Todo saldrá bien. Jeje.

D... dal...? -lo mira estando algo asustado, pero le acaricia la espalda con suavidad- Estare bien... en serio.

No es necesario, no quiero que Atlantis se meta en este lío belico entre estos dos testarudos haha.

— ¡Uffff! ¡Van a hacer que mi corazón estalle de emoción ante tanta tensión! ¡Jaja! De acuerdo, me voy a calmar. — Se enderezó al estar aún de pie, palmeando suave uno de los hombros del joven cuervo. — En ese caso, debes irte lo más pronto posible...Tal vez así, logren detener la guerra. ¡Si necesitan mi ayuda, iré de inmediato con los guardias de Atlantis!

Es solo una frase, Dal -comenta inflando las mejillas suavemente- Relajate

— ¿La verdad? ¿Cuál verdad? — Sus energías de "shipper" (?) parecían que iban en aumento, cada vez que escuchaba a su amigo Wilde hablar de Siro, teniendo en sus mejillas un leve rubor en sus mejillas. Definitivamente amaba a esos dos enamorados.

No puedo aguantarlo -comenta haciendo un puchero, pero se termina relajando- Ah... no te preocupes por eso en verdad, solo volare hasta donde esta la habitacion de Siro y le dire la verdad.

— ¡No desperdicies tus sonrojos por esto! El Rey Siro es el único que puede verte así de apenado y tierno... — Se agachó un poco a la altura de Wilde, intentando ver su rostro que cubría con sus manos. — Bueno, ¿Y cuál es tu plan para ir a Kalessa?

Por los dioses -se cubre el rostro estando cpmpletamente rojo- Daleth por favor.