— ¡AH! ¡¿Estás loco?! ¡Harás que nos matemos! — Chilló el joven beluga al momento en que casi iban a accidentarse en el choque. — ¡Sácame de esta caja de metal y llévame al agua a pie!
—Si me pagaran por cada vez que me dicen eso.. Sería millonario.
-Lejos de enojarse lo tomó con humor relamiendosé esos colmillos por breves instantes. Ya recibía el insulto del reino de las aves, ahora de él marino, solo faltaba sumar un par de insectos a la lista-
-Red conducía cuando el pañuelo aterrizó en su nariz y casi podía verse su cola agitándose como la de un perro, fue como una gran dosis de feromonas y aromas está casi hizo que chocasen por meter al can en un transe-
— Los terrestres son todos unos animales grotescos, sin pudor ni escrúpulos... — Le soltó con indignación y cruzado de brazos en el interior de aquel vehículo, sin importarle que su comentario afectara al orgullo del canino. — No me pidas que detenga algo que no puedo controlar. Es nuestra naturaleza. Si tanto te afecta, ponte esto en la cara... — Le tira en el rostro un pañuelo, pero el objeto estaba completamente empapado y emanaba aquel aroma que desprendía Daleth, pero el príncipe beluga no se daba cuenta de ello.
—Entoces calma ésas feromonas o voy a follarte en el acto.
-Bufó frunciendo el ceño y pasándole la lengua sobre la mejilla como un can, se sentía un ser despreciable pero tanto grito y fermona le estaba afectando el olfato y el cerebro..-
-Despues de llegar al carro colocó su chaqueta y sentó al molestoso estilista, sabía que tenía que estar fresco y entonces con un pulverizador arrojó agua sobre sus escamas antes de arrancar a toda prisa-
— ¡Si-Silencio! No lo entenderías... — Exclamó mucho más sonrojado y teniendo que cubrir su rostro con ambas manos, ya que no quería afrontar la realidad de lo mucho que le gustaba su mejor amigo y Rey. — Só-Sólo regrésame al océano y no me tortures más...Por favor.
— ¡Carajo! Si le tienes ganas.. Desgraciadamente mi olfato es demasiado bueno..
-Pudo sentir el cambió notorio en la temperatura y demás señales que daba el estilista acuático, su nariz era perfecta que descubrió el deseo que este tenía por aparearse. Aún así le sirvió porque mientras estaba distraído empezó a caminar con él, tenía que llevarlo a un carro y de ahí manejar de nuevo hacía el océano, una aburrida tarea-
— Devolveré tu trasero a las aguas, parece que nuestro rey ha aceptado una especie de tregua..
— ¡¿Ah?! ¡E-Eres un degenerado! Ja-Jamás me le arrimaría a Su Majestad... — El rubor en sus mejillas era notorio, aunque su negativa de la probabilidad de cortejar y aparearse con el Rey de los Acuáticos no se escuchaba del todo convincente. — ¿A-A dónde me llevas? ¡Déjame ir!
—Vaya.. ¿Entonces en el océano si se la arriman entre primos eh? ~
-Murmuró el canino con una sonrisa atrevida después de ver esa pausa en sus palabras, engreído pero si había hecho bien su trabajo después de todo, había capturado un príncipe en sus redes-
—Bien Principito, lo que tú digas.. No es moco pero hace que te resbales así que...
-Dijo un profundo respiro y luego gruñó con fuerza, se le estaba acabando la paciencia....-
— ¿Pe-Peluquero? ¡No! Soy el Príncipe Daleth III del Reino de los Acuáticos. Soy parte de la nobleza y el...amigo más cercano del Rey...— Aclaró el albino sumamente indignado y apenado, sin tener del todo claro si, en realidad, la relación entre el Rey Eros y él era realmente de amistad. — ¡Y no es moco! ¡Es grasa natural para poder deslizarme en el agua!
-Por un momento el pelirrojo se dió un facepalm mental, entonces no había capturado a un guerrero sino a un estilista acuático. Se siguió acercando tratando de tomar con firmeza su cola pero las escamas alrededor y la sal en el agua hacían que fuese muy resbaladizo-
—Maldita sea, ahora tendré de este moco en mi uniforme..
-Sacó de su abrigo su par de guantes negros y se los colocó para poder; ahora sí, cargar al estilista sin problemas, aunque con esas escamas seguía siendo un problema el que no se le resbale-
