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D1552771 · 26-30, M
Se abrazo a Maximo cuando le tuvo más cerca y de alguna forma sintió su preocupación, aunque ya que las únicas personas con las que hablaba la mayoría de las veces eran su madre y él era muy fácil que se percatara de lo que medianamente ocurría con las personas que el amaba. Escondió su rostro en el pecho ajeno y le abrazo aún con más fuerza. 《 Siempre he sabido eso...pero siempre intentaré asegurarme de que no te alejes. Mientras este aquí me gustaría que te apoyaras en mi. Soy tu primo después de todo.》Ladeo su rostro dejando que esta vez su mejilla descansara en su pecho y rió ligeramente mientras acariciaba la espalda ajena. 《 Se que puedo ser maniático con mis cactus pero simplemente nunca he podido quedarme quieto en este lugar...lo creas estúpido o no, nunca he sentido que pertenezco aquí. Y ya que todos tienen una buena vida yo simplemente hago tonterías y desaparezco. 》
¿Yo? ¿Aprovechándome? Ahora me harás sentir mal por besarte. -Hizo un pequeño puchero de inocencia aunque claro sin perder ese encanto agradable en su expresión. No estaba muy convencido de sentarse sobre él pero lo hizo, se sentó sobre su regazo, dejando en evidencia su terrible condición física y bajo peso que sufría causa a su enfermedad, quizás actualmente estaría rondando unos 42 kg con su alta estatura, por lo que eso lo mantenía intranquilo, aunque trató de no pensar mucho y esperaba que no sacara el tema.- Sabes que siempre que estás, estoy contigo hasta que te vas a quien sabe donde. Me pregunto... ¿Te vas a buscar cactus a algún desierto o algo?
D1552771 · 26-30, M
《 Nunca has necesitado mucho para que te preste atención, solo estás aprovechándote de la situación.》 Dijo con una media sonrisa, atrayendo al contrario lo suficiente para darle a entender que podía sentarse sobre él ya que aunque pareciera alguien tranquilo y solitario cuando se trataba de su primo sus acciones siempre le delataban. 《 Estoy aquí ahora. Y deseo que estés ese tiempo también a mi lado. 》
-Sus brazos pasaron a rodearse a los costados del otro cuando este lo abrazó ingenuamente, más el beso duró muy poco debido a que no quería invadir mucho ya que no tenía idea como reaccionaría su contrario. Se sorprendió bastante cuando fue llamado mentiroso, a lo que momentos luego solo asintió con la cabeza y rió dulcemente.- Si, tienes razón. Te mentí, sólo que no sabía como llamar tu atención. -Inmediatamente su diestra se posicionó en la cabeza contraria para propinar suaves caricias en su cabello mientras su mirada se mantenía fija en el más bajo, atento y siempre con una agradable sonrisa a todo momento.- Me extrañan porque vos no estás muy seguido por acá. Sino pasaría más tiempo aquí.
D1552771 · 26-30, M
Había girado la silla lo suficiente como para responder a un abrazo aunque cuando se percato de sus verdaderas intenciones ya era demasiado tarde para reaccionar adecuadamente. Paso de verse como una persona frágil y enfermiza que solo parecía que con soplar se desvanecería a recobrar todos los colores y en muchos sentidos volverle el alma al cuerpo. 《 Mentiroso, no he escuchado ni una sola palabra. 》 Su rostro incluso hasta los oídos parecía encendido mientras sus manos también actuaban en respuesta a su gesto agarrando las ropas ajenas como si no quisiese dejarle ir. 《 Este lugar...y el montón de libros en el rincón dicen extrañarte. 》
-El ver a su primo después de mucho tiempo en su lugar de relajo, le trajo mucho recuerdo, de la vez de cuando estaba mal y se reconfortaban juntos en aquel espacio. Observó con bastante nostalgia cada rincón de la habitación y se tardó un poco en responder a aquello, aunque no era algo que iba a decir con palabras sino a expresar con acciones a que, al mismo tiempo que se fue adentrando a la habitación y acortando la distancia, su mirada terminó por llevarse hacia el contrario para cuando por fin llegó hacia su destino, estar a una corta distancia de unos 30 centímetros, no más. Este se curvó hacia delante en un ágil movimiento para llevar su rostro contra el suyo, con el fin de unir en un rápido, cariñoso pero posesivo beso sus labios con los ajenos.-
D1552771 · 26-30, M
No era extraño que Daichi se encontrara en las nubes la mayor parte del día, por lo general el estudio era ese lugar en donde siempre se perdía entre sus fotos y sus amados cactus, estaba tan en paz que no le importaba siquiera la soledad. 《 Max. 》 A pesar de que el contrario había entrado sin que Daichi lo notara siquiera su reacción al verlo fue de total tranquilidad, le hacían feliz los momentos en los que podía verle así que automáticamente él ya estaba predispuesto a recibirle bien bajo cualquier situación. 《 Te escucho, ¿necesitas algo? 》Mientras le hablaba, su voz se desperezaba al igual que su cuerpo estirando los brazos aún sentado.
Toc toc~ -Toca 3 veces la puerta de la habitación el Almirante quien sin más abrió esta e ingresó sin obtener una respuesta ajena. Este estaba vestido con ropas simples y comunes, polera larga negra, pantalón de jeans azul, bonines negros y su larga cabellera oscura atada en cola de caballo.- Dai, ¿Estas ocupado? Quiero hablar contigo.
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