Lo más probable que alguien como tú no exista, o no haya nacido jamás. ¡Ponte feliz! Quizás eres único en el mundo, eres especial. -Le dedicó una alegre sonrisa y con total confianza despeinó sus cabellos.- Ah. Vine porque el Almirante me lo pidió. Tengo que entrenar a sus soldados. Desconocen como pelear con la Sincronización y yo soy el más capacitado para instruirlos, soy su creador.
Es un alivio...con una persona como yo basta y sobra. -Había escuchado con atención cada una de sus palabras y como hablaba con tanta normalidad de algo tan catastrófico.- Y aquí...¿viniste a este lugar por algo en especial? ¿Dónde se encuentra Maximo, lo estás buscando?
-Se mantuvo pensativo ante sus palabras unos momentos mientras caminaba a su alrededor, mirando de arriba a bajo su fisionomía, buscando algún rasgo parecido.- Mmmhh~ Creo que no. Mi mundo está sumido en guerras y guerras, vivo literalmente arriba de un robot, así que dudo mucho que te haya visto alguna vez en mi vida.
-Se ha sorprendido un poco por el golpe pero no le molesto de ninguna manera por que después de todo Maximo podía ser tan efusivo como su contraparte.- Si no creyera en esto negaría la existencia misma de Máximo en primer lugar... ¿De donde vienes has encontrado a alguien como yo?
