D1552771

Nunca fui como los demás niños. Todos parecían tan felices e inocentes... el único momento en el que podía sentirme bien era al estar con mis padres. Ellos siempre habían sido mi refugio en el cual esconderme, sus sonrisas eran mi ejemplo a seguir pero los diferentes pensamientos que rondaban en mi mente pesaban en mi cabeza. Era fácil decir que quería ser el mejor hombre pero en mi interior el temor y las dudas siempre hacían mella.

Aunque era un dragón jamás me sentí tan poderoso como uno. Mi madre seguía diciendo que estaba orgullosa de mi y sus palabras solo presionaban más al infante cobarde en el que me estaba convirtiendo.

La amaba tanto que el miedo a decepcionarla me hizo huir de su lado. No quería que viera en lo que me estaba convirtiendo y al final pasar desapercibido y fingir una vida humana lejos de casa fue más fácil debido a esos malos rastros de mi pasado.

Me volví invisible y vagué sin rumbo por muchos años, pero no puedo decir que todo fue malo porque gracias a ese viaje pude encontrarme a mi mismo. No puedo decir aún que me siento como un fuerte dragón pero al menos ahora puedo aceptarlo, comienzo a ver la realidad. Había vivido en soledad y esa soledad me había hecho fuerte como ser humano.

Creo que en definitiva por fin puedo regresar.

[center]