« Back to Album · Next »
 
Newest First | Oldest First
P1553550 · F
Observó la dirección del filo con cierto temor, y luego elevó la vista para encontrarse con los ojos cafés de Dipper. Esos ojos de alguna forma le inspiraban más confianza, y él, parecía completamente seguro de lo que hacía. La muchacha tomó el puño de la espada con las manos temblorosas, atendiendo a las inesperadas palabras que únicamente fueron audibles para ellos dos.

❥ Yo… no quiero lastimarte. Y, ¿cómo es que sabes quién soy?—Dijo en un susurro, preocupada por lo que ocurriría a continuación.

Optó por dejar sus preguntas para después y sujetó firmemente la empuñadura. ¡Seguramente habría algún truco!

❥ Confío en ti—afirmó con convicción, pero de igual forma oprimió los ojos con fuerza, comenzando a empujar contra él.
P1553550 · F
Se cubrió la boca por el asombro, casi sintiendo como si fuese a ella a quien hubiesen perforado con la punta del arma blanca. Cerró los ojos por un momento, decidiéndose a abrirlos en cuanto escuchó a Dipper afirmar que no había nadie dentro. ¿Entonces, qué habría pasado con ellos?

Su respuesta llegó al instante, cuando aquéllos aparecieron una vez más en el extremo de la tienda, ¡como si se hubiesen teletransportado! Ella soltó un suspiro de alivio, colocando una de sus manos sobre su inquieto corazón.

En breve, subió por las pequeñas escaleras que la pusieron en escena. Las luces que alumbraban la tarima la cegaron por un momento, sin embargo, trató de posicionarse justo a lado del presentador, atendiendo a sus siguientes instrucciones.

Quizá verificar la espada no sería un gran problema, pero había logrado meterla en un gran apuro en cuanto sugirió hacerlo en él mismo. Sus labios se separaron y sus párpados se abrieron con incredulidad.
P1553550 · F
Pacifica se mantuvo ahí, expectante, contemplando cómo una enorme caja emergía de la oscuridad. No obstante, su semblante mostró cierta decepción en cuanto el anfitrión llamó a un par de personas de manera aleatoria; aun así, los escoltó con la mirada mientras se abrían camino hacia el escenario.

Cuando estuvo a punto de regresar a su asiento, sintió como si el joven ilusionista estuviese apuntando en su dirección: ella se señaló a sí misma para asegurarse de que se refería a ella.

¿Era verdad?

De inmediato trató de llegar al pasillo, pisando accidentalmente a algunas de las personas que ocupaban los lugares colindantes.

Mientras se dirigía hacia el entarimado, observó cómo el hombre y la mujer ingresaban a la caja que había aparecido minutos antes. Pero su sorpresa finalmente llegó en cuanto se percató de la espada que pendía de la mano del varón, misma que de inmediato atravesó la madera con gran maestría.
D1551730 · 22-25, M
(...)espada con el mango en dirección a ella y la punta afilada apoyada justo sobre su propio corazón. -Claro que no me hago responsable de lo que pueda ocurrir si alguno de ustedes lo intenta en sus casas. Esto es algo que sólo se puede hacer cumpliendo requisitos muy rigurosos.- Empezó a decir, ladeando la cabeza hacia el público, con una ceja enarcada durante su advertencia. Volvió la mirada hacia la rubia y buscó encontrar sus ojos azules. -Vamos, tómala y empuja firmemente sin detenerte hasta la empuñadura. No te preocupes, no me ocurrirá nada. Al fin y al cabo, uno de esos requisitos es que la persona que lo haga sea... peculiar. Y tú, Pacífica Southeast, no eres ni de cerca la persona más común en todo este pueblo.- Aquello lo dijo sin elevar la voz, sólo para que ella lo escuchara en lugar de toda la tienda y con la intención de que no dudase, de modo que llevara adelante el espectáculo.
D1551730 · 22-25, M
(...)la cabeza para dejarla caer en un corte diagonal descendente de izquierda a derecha, tajando la madera con un ruido estrepitoso que hizo que la mitad de la puerta cayera al suelo. -Por supuesto, no hay nadie dentro.- Declaró, cortando el aire con su voz al haber causado el silencio entre todo el público. -¡Ya pueden pasar!- Exclamó hacia el fondo de la tienda para que todo el mundo diera la vuelta y en la entrada principal se viera a las dos personas, sonrientes pero un tanto confundidas, como si no supieran cómo llegaron ahí. -Sin embargo, atención por favor, me he dado cuenta de que es injusto que el público siempre sea el único que pase por estas incidencias. Así que ahora le pediré a nuestra encantadora señorita aquí presente que verifique la legitimidad de esta espada... y que la use en mí. Justo. Aquí.- Mientras hablaba se acercó a ella con una sonrisa, levantando la(...)
D1551730 · 22-25, M
Pero en el momento en que parecía que sólo necesitaría de ellos volvió a señalar con la diestra en una dirección específica. -¡Y tú también! Sí, tú, no, tú no, Richard, ni tú tampoco, Rebecca.- Dijo, negando con la cabeza y riendo ligeramente al referirse a cada persona alrededor de la rubia, dejando a dichas personas un tanto sorprendidas por saber su nombre. Sin embargo no esperó por ella pues los otros dos ya estaban en el escenario y les indicó que ingresaran a la caja por medio de la puerta principal, demostrando que entraban muy juntos en su interior. -Ahora bien, este acto ha sido usado por muchas personas, se podría decir que ya está... quemado. Pero...- Agitó la capa celeste que portaba y de su interior extrajo una espada plateada de brillo singular. La apuntó hacia la caja y la hundió con facilidad en la madera, repitiendo el movimiento de estocadas una y otra vez antes de elevarla por encima de(...)
D1551730 · 22-25, M
No tuvo que esperar mucho a que el público volviera a elevar las voces al unísono tras haber hecho manifiesta aquella invitación. La sonrisa en sus labios se avivó por un instante en el que parecía verse un leve destello azul alrededor de sus iris café antes de girar la cabeza para ver sobre su hombro. -¡Muy bien!- Exclamó, levantando la diestra para dar un fuerte chasquido que de alguna manera se llegó a escuchar por encima del público en general. De detrás de las cortinas de inmediato salió una caja de tamaño humana con ruedas en la base para desplazarse con facilidad. La detuvo con la palma de la mano y volvió a girar en dirección a la gente, entrecerró los ojos levemente escaneando a la multitud y señaló a un hombre y una mujer al azar. -Ustedes dos primero, vamos, ¡vengan, vengan!- Dijo, agitando la mano para indicarles que se acercaran.(...)
P1553550 · F
«¿Quién está listo para cambiar su vida?»

Aquello resonó cual eco en sus oídos. No tenía la completa certeza de lo que buscaban decir sus palabras, sin embargo, casi por inercia se puso en pie y levantó su diestra firmemente. Estaba segura de que no sería la única en hacer tal cosa, pero por lo menos se estaba arriesgando a llamar la atención.

¡No podía perder esa oportunidad!
P1553550 · F
Su vista no se despegó ni un segundo del escenario, pues por fin, los anfitriones estaban por hacer su aparición.

Y así fue, tras la potente luz detrás de la tarima, un par de figuras se presentaron de manera efímera, ya que en un parpadeo, dos pilares de llamas azules los sustituyeron. Una de las voces por fin se reveló y un joven se mostró en la entrada principal. Ella de inmediato giró la cabeza.

❥ Él debe ser Dipper…—Susurró para sí, cubriendo con sus delgados dedos una pícara sonrisa que comenzaba a surgir de sus labios.

Siguió todo el acto continuo con la mirada. Pacifica no dejaba de impresionarse, cada una de las maravillas visuales le resultaba totalmente increíble. Pensó en que realmente se habían esforzado para crear todo efecto dentro de la carpa.

Cuando el varón por fin volvió al escenario, ofreció una lluvia de aplausos al igual que el resto del público.
P1553550 · F
En cuanto entró a la tienda, se percató de que el sitio estaba tal y como lo esperaba: repleto. ¡Todas aquellas voces parecían un gran barullo! Posiblemente estarían tan ansiosos como ella lo estaba. Pacifica comenzó a caminar lentamente entre las filas en busca de un asiento desocupado, situación que se le estaba dificultando, ya que pequeños niños aún corrían de un lado a otro, anhelantes porque la función ya diese inicio. De repente, alcanzó a divisar un lugar vacío en la tercera fila, en una zona cercana al pasillo central. ¡Qué suerte! La joven se apresuró lo más que pudo y se dejó caer sobre el respaldo.

❥ ¡Lo he logrado!—Exclamó satisfecha, pasándose una mano por sobre la frente— ❥ Seguramente Gideon se arrepentirá de haberme dejado sola…

Las luces se apagaron y al mismo tiempo se hizo el silencio. Unas luces centelleantes y una pegajosa música no tardaron en invadir el ambiente.

Add a comment...
 
Send Comment