— Si tenemos la eternidad para someter al mundo bajo nuestro yugo entonces poseo la misma para obtener eso que tanto deseo de ti. Y sí, tú eres mi sabueso. — Cerró sus párpados tras recibir el piquetito. No pasó mucho tiempo para que sus miradas volvieran a cruzarse. Sonrió al escucharlo.
— Mantendré bien presente mi promesa. De acuerdo, aunque creo que será más probable ver a Diarmuid que a mi ex esposo. —Entre sus dedos toma la coleta azulada de cabello y con las puntas de este acaricia sus propias mejillas.— Y admito que sería más divertido si Fergus fuera convocado a esta era.
— ¿Tu sabueso Medb? Podemos tener cosas en común pero bien sabes que mientras estemos juntos en nuestro propósito hay algo que quisiste y no pudiste tener, y eso es mi corazón. — Añadió mientras sus ojos observaron los de ella profundamente, dándole un pequeño piquete en la frente con su uña del índice mientras ladeaba su rostro.
— Si Scáthach se mueven en esta era, recuerda tu promesa con respecto a ella ¿Bien? Yo mantendré la mía si encontramos a Fergus o Diarmuid. — Claro que hablaría de su ex-esposo, o aquel antiguo lancero.
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— Yo podría limpiar todas y cada una de las heridas de mi sabueso. Tratándose de ti soy capaz de llenarte de mimos y más, claro, si hicieras lo que te digo. — Su mirada se clavó en la de su acompañante y sus labios formaron un puchero, mientras sus finos dedos dejaron una muy suave caricia en su cuello.
— Mueve sus labios de lado a lado evitándole el quitarle aquel quemante cigarrillo para que finalmente tomara este entre sus dedos, estirando su brazo más largo fuera de su alcance a la vez que sonreía con amplitud, dejando sus ojos carmín en los de ella. — ¿Desde cuando hemos cambiado posiciones Medb? Inclusive un sabueso tiene derecho de lamer sus heridas.—
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— ¿Cómo planeas ver el campo de batalla si nadie toma la iniciativa? Tú y yo podríamos provocar los primeros roces con los enemigos. — Estira su diestra intentando quitarle el cigarrillo.— No recuerdo fueras así de flojo y sin tanta sed de sangre.
— ¡Hah! Tenemos toda la eternidad para someter el mundo bajo nuestra huella, Medb, no insistas tanto, sabes bien que lo único que deseo es ver el campo de batalla arder. — Añadió con una sonrisa amplia y maliciosa, mostrando sus dientes afilados.
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— Moo ~ hazme caso. Deberíamos estar sometiendo al mundo en una constante destrucción en vez de estar aquí. — Jaló del pendiente a Sentata cual niña caprichosa en busca de atención.
