Bufo molesto, pues tan solo él se había visto envuelto en tantos, que había perdido la cuenta, claramente también sentía molestia de quienes hablaban de Lissa, sabía que esas personas jamás se habían tomado el tiempo de atreverse a conocerla realmente, el joven moroi se sintió tranquilo hablando con la rubia, agradeció para sí mismo que ella hubiera ignorado el tema de sus padres.
El azabache arrugo su frente al nota la sonrisa llena de nostalgia, se preguntaba qué era lo que la chica había recordado para poner aquella expresión en su rostro, sim embargo el vampiro prefirió omitir preguntas innecesarias que podrían incomodar a la rubia, esboza una sonrisa divertido dejando ver sus colmillos. -Sabes que bromeo ¿No?, sé que no lo harían. -
Se encogió nuevamente de hombros y balanceo el sus manos el libro que segundos atrás estaba leyendo, afirmo con su cabeza dando razón a la vampira.
-Es lo único que saben hacer aquí ahora, solo llenar rumores este lugar.-[...]
El joven moroi le agradaba la compañía de Lissa, ella era diferente al resto de las chicas de la academia, siempre era tan amable y duce con las personas, era la primera persona que se quedaba hablando con el más de dos palabras en aquel ático, ese lugar que se volvió el preferido de ambos, donde comenzaban a frecuentarse para compartir lecturas juntos, sabía que quizás Rose no tardaría en lanzarle alguna amenaza para que se alejara de Lissa, sin embargo la rubia valía cada riesgo y eso lo presentía claramente el azabache
-Es lo que he notado… ¿Y cómo es que ella logro eso?-
Cuestiono el vampiro sin apartar la mirada de la impropia, enarcando ambas cejas, la verdad es que no negaría que realmente le daba curiosidad saber cómo es que Lissa había sobrevivido 2 años fuera de la academia, ladeo el rostro y se encogió de hombros restando importancia al tema de los rubores que siempre corrían por la academia.
Tuvo que casi morderse la lengua para no seguir hablando del tema, le era molesto que juzgaran a las personas por pasados que no les correspondían pero también sabía hasta donde llegar en una conversación, ciertamente nunca había tratado con el joven moroi pero ella mejor que nadie sabía que había temas de los cuales no se habla, algunos temas dolían y otros, inmediatamente te colocaban en una injusta categoría.
[i]Sabía perfectamente que estaba mal mentir pero por proteger a Rose de cualquier cosa lo haría, realmente era la única forma en la que podía protegerla así como ella la protegía y cuidaba. De un momento a otro recordó los dos años en Oregón y una ligera sonrisa llena de nostalgia se asomó por su rostro pero inmediatamente desechó ese recuerdo y se centró en la conversación que mantenía con el azabache.
—¿En algún castigo? Vamos, si eso ni siquiera se les ocurriría, nadie te castigaría, ya sabes…— Volvió a curvar sus labios en una sonrisa y se acomodó un mechón de cabello tras su oreja. —La gente aquí es prejuiciosa, llena de vacíos que sólo llenan con rumores tontos…—[...]
Sabía perfectamente que todo lo que decían del azabache no era cierto y se lo estaba mostrando ahora, de cierta forma le agradaba su compañía, él era el único que no había corrido a idolatrarla cuando regresó, el toparse ahí, en ése mismo ático, no era casualidad, o eso quería creer, aunque también sabía que todo el palabrerío vendría con Rose cuando se entere que habló con el joven moroi.
—Y lo ha hecho de maravilla, me ha mantenido viva por 2 años en el mundo humano.— Ciertamente estaba irritante por todo el ataque hacia Rose y el desprestigio hacia ella misma por parte de las autoridades de la academia. Siguió el tema de la conversación y sin duda entrecerró los ojos negando suave. —Son eso, Christian, simples rumores y vendrán más, sabes cómo son aquí...— [...]
[i]El rojo carmín seguía presente en los mofletes de la chica de cabellos dorados, ahora más que nunca el azabache estaba seguro de lo hermosa que ella lucía de esa manera, es que simplemente ella era maravillosa con detalles tan simple; Ozera era el único al que no le interesaba si Lissa era de la realeza, pues pese al pasado de sus padres ella no le había rechazado eso sin duda marco mayor el interés del vampiro por la impropia.
-Si bueno comprendo ella es muy buena peleando aunque la he visto demasiado con Dimitri supongo que esta dando topo en su entrenamiento después de todo es la encargada de mantenerte protegida. La con.... Digo bueno sabes lo que dicen todos aquí desde que llegaron, se rumora que tu y y Rose.. tienen...-
El azabache ladeo el rostro, pues no tenia claro si realmente debía seguir con aquel tema pues conocía la academia y la clase de chismes que indagaban en ella y que claramente no podía creer en ellos. Christian aprecio la sonrisa sincera que [..
Y sin duda alguna, como era de esperarse el color en sus mejillas aumentó con el cumplido del azabache. Lissa inmediatamente bajó la vista tratando de cubrir su rostro con sus cabellos dorados.
— Es que Rose siempre ha destacado, es... bueno es Rose, conmigo sólo hablan por ser exactamente de la realiza, no más. ¿La conexión...? ¿qué conexión? —
Ciertamente le tomó por sorpresa, no esperaba que él, exactamente él, supiera de la conexión que había entre ambas, recientemente lo sabía Kirova, Dimitri, Victor y muy pocas personas y tampoco era que ambas desearan mucho que se supiera.
—No agradezcas.—
Sin duda le ofreció una de sus más sinceras sonrisas, realmente era poco el trato que tenía con el azabache y quería empezar a tener alguno, después de su regreso, obligatorio, a St. Vladimir no quería tener más gente falsa a su alrededor, realmente sólo podía confiar en Rose.
— Pudo notar el rojo carmín que cubría los mofletes de la vampiresa, no pudo evitar sonreír dejando ver su par de colmillos pues aquello le parecía plenamente adorable por parte de la rubia.—
No me mal interpretes Lissa pero tienes un lindo color de mejillas justo ahora.
—Declaro el azabache pese a que la impropia intento desviar su rostro para que el adolescente vampiro no notara el rubor de sus mofletes pero aquello era claramente imposible de no notar.—
¿Rose? ¡Ehh! no sabes que no, esa eres tú Lissa, siempre lo has sido Dragomir, bueno si he notado que Rose se ha dedicado a mejorar mucho mejor su entrenamiento. ¿Cómo va aquella conexión entre ustedes?
—Cuestiona mientras deja que la chica de cabellos dorados limpiara con papel aquellas manchas de sangre que tenía, alargo la comisura de sus labios dedicando una sonrisa.—
