100+, M
About Me About Me Notes
About Me
“ Soy destrucción y renacimiento, tuve que morir para volver a este plano terrenal, tuve que caminar por el desierto, luchar desde temprana edad, mi única mejor amiga era una daga.. y eso solo para después ser recompensado tras años de olvido. ¿Por qué demostraría la piedad que se me negó?”

• Altair Al sharhan. — Representante y contenedor de Cetus.
La historia de Altair podría ser descrita como un cuento encantado con un desenlace con suerte.
Su primer soplo de vida fue bendecido, joyas, dinero, oro, tierras, poder. Eso acobijaba al segundo hijo del primer matrimonio, una estrella reflejante podía verse en el horizonte para un niño del infortunio como próximamente lo sería él.
Sus primeros años viviría en lo más lujoso de Abu Dabi, teniendo más de lo que alguna vez imagino, su mente era joven, demasiado como para no recordar esos años dorados.
El segundo hijo del Monarca fue secuestrado y alejado de su familia para ser llevado a alguna parte donde el desierto era lo único conocido y pasarlo era la mayor prueba para cualquiera.
Lo habían vendido a una pareja interesada en el porte que tenía, despojándolo antes de la trata de sus joyas su fina tela fue cambiada con ropa andrajosa y lo único que lo adornaba era lodo seco y arena. Su vida de lujos había sido cambiada.
Durante años, se vio en la necesidad de buscar su comida, refugio, al manejo de armas afiladas, la pareja que había tenido a Altair para su beneficio planeaba venderlo por ganado, algo nada extraño en esas tierras.
El príncipe escapó, gozaba de astucia y valor, si debía vivir en el infierno se aseguraría de hacerlo por y para él, esas personas no eran sus padres eran abusadores, él no tenía un hogar, nada pero sí contaba consigo mismo para vivir. Si pasaba el desierto él podría buscar algo mejor o… morir.
Una vida de hurtos, tratos, peleas, escapes, maltratos uno que otro día de buena suerte previo a su muerte, pues el desierto sería su perdición ¿o no?
No del todo, decidió adentrarse a el, guiado por la tormenta que no sólo era atroz, sino que lo revolcó hasta el corazón de las arenas, ¿Ese sería su fin? Condenado a jamás conocer su historia, a no saber quien era su familia… “Qué mierda” Dijo antes de cerrar los ojos el varón, cerca de él podría escuchar un siseo, ¿qué era eso? ¿Una serpiente lo vino a acabar?
Suspiro deseando que aquello fuera rápido, medio cuerpo enterrado y la tibia arena se enfriaba cada vez más por la caída del sol. Desolado, el bribón del bazar estaría muerto como todos aquellos enemigos querían, pensó en lo estupidos que eran, nadie tuvo el placer de cortarle sus extremidades, nadie le privó de nada solo el desierto se lo tragaría y ya.
Despertó. Parecía no tener nada, estar intacto en una pieza ¿qué fue?
Una vez más escucho el siseo, esta vez pudo ver a la responsable, una cobra que parecía guiarle, que parecía querer ayudarlo. ¡Pero que ridículo! Aunque nada tenía que perder le siguió, siguió hasta que dieron al fin, civilización eso era. Podía verse, en lo alto por todos lados, ¡la serpiente lo había salvado!
Agradeció y la llevó consigo siendo esta de su total agrado.
No volvería a su vida anterior, no más en absoluto.
Tiempo después, se sabría la tragedia del monarca y su familia, con la tecnología actual era imposible que alguien los pudiese engañar, dieron con Altair que era el único y verdadero hijo segundo. Eso era celebración.
Al pasar el tiempo tomo un porte distinto, nadie volvería ha dañarle de ningún modo, inteligente pasaba sus examenes y estudios, era hábil, se preparaba con antelación y cuidado, haría lo que fuera por ejercer su derecho divino y erradicar a las alimañas pero, aún con su personalidad por definir, molesto e inquieto con todo lo que había vivido sólo el tiempo o quizás algo más lo haría entender que fue toda esa travesía hasta su ahora.
