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—𝖳𝗁𝖾 𝖻𝗋𝗂𝖽𝗀𝖾 𝗈𝖿 𝖫𝗈𝗇𝖽𝗈𝗇 𝖿𝖺𝗅𝗅𝗌.—
𝐂𝐚𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨, 𝐜𝐚𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨.
 
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La curiosidad muchas veces a llevado al gato al borde de la muerte.— Hizo un ademan con la cabeza para que dirigiera su mirada nuevamente donde ya se encontraba el hombre con su materia gris pintando el asfalto. Tómalo como ejemplo entro cuando estaba ocupada en mis asuntos.— Sacando una de sus manos de detrás de su espalda Candy la levanto llevándola hacia sus labios cubriendo así su siniestra sonrisa; ahora se preguntaba, aquel hombre ¿Aparecía para jugar al héroe? Su comentario de que sentía lastima un sentimiento que la joven no había experimentado afloro su envenenada pero dulce risa. Ya lo sabes solo entro co-mo tú, solo que al principio creyó era una broma de Universitarios ¿Como lo llaman? ¡Ah si! [b]Una novatada por lo quiso subirlo a las redes.—
— Es inevitable ser curioso, romper las reglas y aparte los gritos no pasan a desapercibido.
Responde mientras saca un cigarro Pall Mall, el cuál procede a encenderlo y darle bocanadas mientras observa el grotesco y enervante final de aquél desdichado que encontró la muerte de manera de por demás despiadada.
— Siento lastima por ese sujeto. ¿Te hizo algo malo?
𝐌iraba hacia el precipito con una sonrisa mientras contaba los segundos que tardaba un cuerpo en caer al frio asfalto, despidiéndose al oír el golpe de la cabeza de su victima. —¿Jum?— Se inclino mucho mas al precipicio antes de dar la vuelta ocultando sus manos de manera infantil detrás de su espalda, observando a detalle al hombre vestido de traje con una sonrisa amble en los ojos. Tienes ojos en tu cara y aun así me haces una pregunta que ha sido contestada ya.— Respondió con esa voz tan dulce que fue acompañada con la caricia de la brisa nocturna, siendo casi como si confabulara al favor de la misma. —¿Por qué has entrado? el edificio tenia un aviso no pasar.—
Escuchando aquella extraña canción entremezclada con aterradores gritos de dolor y súplica que a cualquiera otro le hubiera llenado de espanto a lo que sin inmutarse se dirige al lugar donde ha estado escuchando aquellos espeluznantes gritos desgarradores.
Notando a la lejanía lo que parece ser una menor, aún sin desenfundar de su sobaquera una 9mm se acerca lentamente para corroborar se trata de una persona.
Avanzando lentamente y con cautela observa la tortura que para le conmueve o llega a incomodar pero si le llama la atención el aspecto de aquella chica.

— ¿Tu hiciste esto?

Pregunta al ver qué sin piedad dejó caer al vacío a aquel pobre desgraciado.
𝐔na voz cantada con una delicadeza "El puente de Londres se va a caer" escuchándose por todo el conjunto de pasillos del edificio donde se apreciaban restos humanos.
Tranquila en la azotea sentada al borde del precipicio la joven
de aspecto angelical jugaba con su ultima victima. Constrúyelo con madrera y arcilla.— Arrancando sin piedad alguna de los dedos ajenos las uñas uno a uno obtenía los gritos que retumbaban cual eco. Madrera y Arcilla, Madera y Arcilla.— Sonreía con cinismo ante el dolor ajeno hasta que se aburrió así de fácil de todo aquello, procediendo a jalar al joven que imploraba ser liberado; mirándolo a los ojos logro que se perdiera en los cromas celestes e brillantes de la joven, un ultimo beso en su mejilla y lo liberarlo, si, pero al precipicio donde solo le asfalto lo esperaba.
Prende un nuevo cigarro, viendo la escena da una bocanada y observa el caos en todo su esplendor y allí tirado y sangrante la extremidad de una menor. No hace falta ser muy listo para saber que es de una niña, por lo delgado del brazo y porque lo único que traía era su muñeco el cuál se encuentra en sangre.
Quitándose el sombrero en señal de respeto por la occisa, le da curiosidad quién pudo haber sido el perpetrador de dicho crimen. —

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