La incomodidad del chico se disipó así de breve, en sus recuerdos existían cosas que de una u otra manera había dejado una marca imborrable, pero que a su vez también lo habían impulsado a alcanzar un nivel de perfección espiritual, motivo por el cual era una caja de sorpresas sellada, muy difícil de abrir.

─ Tu madre es una dama muy sabia, depender de alguien a veces se convierte en una carga, creo que si hay algo en esta vida que deseas alcanzar con ansias... solo puedes hacerlo por ti mismo, si eres bueno y tienes talento lo conseguirás muy fácilmente, pero nunca vas a tener nada si solo te fías de los seres que te rodean, a final de cuentas todos siempre terminan alejándose ─

Tomó la delicada mano de la joven y prosiguió a seguir sus pasos de manera voluntaria; sobre su rostro aquella sonrisa serena había vuelto a implantarse