- - Sonrió ante sus palabras y con su mano diestra acaricio su cabeza de mechones color rosa - -

No estés sola aquí afuera, además hace frio y estas descalza. Hablaremos otro día en mejores circunstancias.

𝓟enso un momento si estaba bien hacerlo o no, acercándose un poco negó educadamente a su oferta. — Acepto tu compañía para ir a casa hasta cierto punto.— Dado que no quería se topara con uno de sus hermanos mayores que al no verla en su habitación era mas que seguro que la estarían buscando y pensarían cosas que no son.

Ven, vamos adentro. Estás descalza. Sube a mi espalda, si quieres platicamos, quizá algo te esté molestando.
- - Siguió manteniendo su sonrisa y ahora brillan sus ojos por el rico caramelo - -

—Es que Klaus siempre es amable conmigo.— Trato de hacer memoria de ¿como llego hasta allí? pero no quiso ser ten obvia ante el hecho que se preocupo, suspiro un poco dejando ver su aliento gélido mientras juntaba sus pies.

- - Contento por el caramelo, estira su mano cuando devisa bien a Candy y anonadado nota que parpadea para después cerrar sus ojos. Pensó unos instantes si realmente está despierta o quizá es sonámbula. De cualquier manera toma el caramelo y lo come - -
Gracias, siempre eres tan dulce.

𝓟arpadeo un par de veces antes de frotar sus ojos. — Lo es, me gusta mucho sobre todo por las personas que cuido en el.— Bostezo ocultando aquello con el dorso de su mano, acercándose a un paso calmo a donde estaba Klaus he entregarle un caramelo para después al fijarte que ¡Ay! camino dormida...

Te ves de buen ánimo eso me agrada. Y que interesante es tu mundo. - - Correspondió con una sonrisa cálida al término de sus palabras - -

— Un paradigma de mi mundo.— Comento con suavidad abriendo sus parpados, sonriendo con dulzura al verlo aquella noche.

Flotas y caminas por las corrientes de viento.