Pese a la fragilidad de la menor tenia un buen sentido auditivo, reconociendo sonidos no propios del laboratorio de sus padres; al principio dudo si lo que estaba escuchando resultaba ser cierto, aquel lugar esta cubierto desde sus cimientos con almas quejumbrosas que hablan con ella cuando se sienten solas o aburridas haciéndole bromas de muy mal gusto, tomando en cuenta eso; al abrir las puertas de sus habitación toco las paredes para mirar con sus sensores de que se trataba. — Un animal volvió a entrar desde el bosque.—