Angel Of The Death
About Me About Me NotesAbout Me
¿Alguna vez no has podido recordar una parte de tu vida? Sí, todos tenemos ese pequeño fragmento al que nos negamos acceder. Muchos prefieren avanzar reprimiendo sin mirar atrás, otros valientes afrontan con el corazón en la mano el peso del pasado. Y yo en cambio me deje caer a mirar el abismo y el devolvió la mirada.
No importas cuantas veces pinte el pasado, nunca sabré cuantos años he perdido, sin embargo jamás lo podre olvidar. Esa tarde caminando sin rumbo por la calles, observando melancólica la felicidad ajena a mí, acompañada del toque de la envidia maldije mi propia vida y mi destino al no ser como los demás. Sin poder llegar a casa, ninguna otra parte podría pertenecer, era menos que una sombra al atardecer, tan insignificante que el pasar del viento no me toma en cuenta. Entonces ¿Por qué debería seguir avanzando? ¿Cuál era el sentido de seguir con esta vida tan vacía? ¿Acaso era masoquista? Cargando de un lado a otro mi maleta llena de pinceles, llena de colores que no puedo comprender, era mi tormento. Y cuando crees que nada es peor, encuentras un agujero que te lleva a la perdición, cayendo más allá de la espesa oscuridad y aceptar ser parte de la nada.
Descendí durante días, meses o incluso años a lo más profundo del abismo al que acepte sin reprochar, abrazada por la oscuridad aún era atormentada por el maldito hueco en mi alma, el mismo que trago mi corazón. Esta vez era diferente, el dolor era más suave y a su vez relajante de cierta forma, ¿acaso la vida entere que lleve todo este tiempo era una ilusión? ¿Todo fue un cruel sueño, una pesadilla atroz y esta es mi realidad? El abismo, la infinita oscuridad, la eterna soledad o eso fue lo creí por bastante tiempo cuando deje de caer. No era la única en haber venido aquí, pese a no poder verlos, podía sentir la abrumadora cantidad de seres presentes. Diminuta he insignificante pase el tiempo en silencio ignorando mí alrededor, sobre todo aquellos seres indescriptibles. Sabia de ante mano lo inevitable, la muerte llegaría por mí de formas atroces y ¿entonces por qué no veo interés alguno por sobrevivir? El cuerpo humano posee al igual como muchas especies, un instinto de sobrevivencia, por el cual intenta evitar la muerte incluso para aquellos que están al borde del suicidio.
Entonces cuando nada era posible un milagro descendió ante mis ojos muertos nublados por el dolor. Era tan brillante incluso por el abrazo de la oscuridad, cayó lentamente tan distante de mí y algo dentro de mí comenzó a emerger desde lo más profundo. Desconociendo el por qué, seguí aquel sentimiento sin importar a donde me lleva. Luche más haya de mis fuerzas para poder alcanzarlo, tan si quiera llegar a tocarlo con la punta de mis dedos, pero cada vez estaba más lejos de mí, la distancia parecía eterna, por más que avanzo no logro tocarlo.
Por primera vez en mi vida luche frenéticamente por algo, sobre todo cuando nuestras miradas se cruzaron por un instante. Era mi hermano mayor, él había caído aquí también pero ¿Por qué? ¿Qué fue lo que lo trajo aquí también? No importa ahora, por alguna razón su existencia me dio una razón por no aceptar paciente el abrazo de la muerte. Y en ese momento cuando por fin estuve a punto de alcanzarlo, descubrí “eso” con lo que estuvo conversando toda su estadía, lo pude ver claramente un horror inerrable, inmenso, espantoso he imponente. Aferrada al recuerdo de mi hermano intente ignorar a la criatura frente a mí, sin embargo él se había ido dejando detrás de él una grieta luminosa donde podía observar un nuevo amanecer. Dudando si seguirle o no, accidentalmente cruce mirada con “eso” y a través lo que podrías llamar ojos, vi el verdadero horror, aquel que vio mi hermano todos estos años.
¿Cómo pudo soportarlo? ¿Acaso el cayo aquí por accidente? No lo sé, realmente ya no importa, lo único que sé es que debo encontrarlo. Salte a lo desconocido sin mirar atrás nunca más, mis ojos no revivieron como esperaba al ver nuevamente los colores de la vida.
Vague por millones de años siguiendo el nubloso rastro que dejo atrás, mi carne se fundió con miles de millones versiones mías de otros mundos, sus memorias, miedos, pesadillas, horrores, dolores y fuerzas, me había convertido en otro de esos seres atroces del abismo. Al final perdí el rastro de mi hermano, creí que había caído de nuevo al abismo al descender nuevamente en la infinita oscuridad pero para mí detestable suerte no estaba en el abismo, estaba dentro de mi hermano. Él se había convertido en algo tan deforme e horrendo que lo llegue a confundir con aquel sitio ¿Qué había pasado con él? No tarde mucho en lograr que escuchara mi voz, no podía salir ni emerger, sin opciones el hizo lo impensable, algo que solo los monstros como nosotros podrían hacer. Tomo todas sus fuerzas y se partió por la mitad, para así liberarme.
Muchos años han pasado desde esa noche, desde entonces aprendí a tomar una forma “presentable” lo irónico fue descubrir que al último lugar que llegamos era el principio del viaje, regresamos al inicio, el mismo mundo, la misma ciudad y la misma casa. ¿Entonces cuál fue la ilusión? ¿La vida ordinaria lo fue o el abismo? La verdad ya no me interesa, para mí todo es una pesadilla eterna.
Descendí durante días, meses o incluso años a lo más profundo del abismo al que acepte sin reprochar, abrazada por la oscuridad aún era atormentada por el maldito hueco en mi alma, el mismo que trago mi corazón. Esta vez era diferente, el dolor era más suave y a su vez relajante de cierta forma, ¿acaso la vida entere que lleve todo este tiempo era una ilusión? ¿Todo fue un cruel sueño, una pesadilla atroz y esta es mi realidad? El abismo, la infinita oscuridad, la eterna soledad o eso fue lo creí por bastante tiempo cuando deje de caer. No era la única en haber venido aquí, pese a no poder verlos, podía sentir la abrumadora cantidad de seres presentes. Diminuta he insignificante pase el tiempo en silencio ignorando mí alrededor, sobre todo aquellos seres indescriptibles. Sabia de ante mano lo inevitable, la muerte llegaría por mí de formas atroces y ¿entonces por qué no veo interés alguno por sobrevivir? El cuerpo humano posee al igual como muchas especies, un instinto de sobrevivencia, por el cual intenta evitar la muerte incluso para aquellos que están al borde del suicidio.
Entonces cuando nada era posible un milagro descendió ante mis ojos muertos nublados por el dolor. Era tan brillante incluso por el abrazo de la oscuridad, cayó lentamente tan distante de mí y algo dentro de mí comenzó a emerger desde lo más profundo. Desconociendo el por qué, seguí aquel sentimiento sin importar a donde me lleva. Luche más haya de mis fuerzas para poder alcanzarlo, tan si quiera llegar a tocarlo con la punta de mis dedos, pero cada vez estaba más lejos de mí, la distancia parecía eterna, por más que avanzo no logro tocarlo.
Por primera vez en mi vida luche frenéticamente por algo, sobre todo cuando nuestras miradas se cruzaron por un instante. Era mi hermano mayor, él había caído aquí también pero ¿Por qué? ¿Qué fue lo que lo trajo aquí también? No importa ahora, por alguna razón su existencia me dio una razón por no aceptar paciente el abrazo de la muerte. Y en ese momento cuando por fin estuve a punto de alcanzarlo, descubrí “eso” con lo que estuvo conversando toda su estadía, lo pude ver claramente un horror inerrable, inmenso, espantoso he imponente. Aferrada al recuerdo de mi hermano intente ignorar a la criatura frente a mí, sin embargo él se había ido dejando detrás de él una grieta luminosa donde podía observar un nuevo amanecer. Dudando si seguirle o no, accidentalmente cruce mirada con “eso” y a través lo que podrías llamar ojos, vi el verdadero horror, aquel que vio mi hermano todos estos años.
¿Cómo pudo soportarlo? ¿Acaso el cayo aquí por accidente? No lo sé, realmente ya no importa, lo único que sé es que debo encontrarlo. Salte a lo desconocido sin mirar atrás nunca más, mis ojos no revivieron como esperaba al ver nuevamente los colores de la vida.
Vague por millones de años siguiendo el nubloso rastro que dejo atrás, mi carne se fundió con miles de millones versiones mías de otros mundos, sus memorias, miedos, pesadillas, horrores, dolores y fuerzas, me había convertido en otro de esos seres atroces del abismo. Al final perdí el rastro de mi hermano, creí que había caído de nuevo al abismo al descender nuevamente en la infinita oscuridad pero para mí detestable suerte no estaba en el abismo, estaba dentro de mi hermano. Él se había convertido en algo tan deforme e horrendo que lo llegue a confundir con aquel sitio ¿Qué había pasado con él? No tarde mucho en lograr que escuchara mi voz, no podía salir ni emerger, sin opciones el hizo lo impensable, algo que solo los monstros como nosotros podrían hacer. Tomo todas sus fuerzas y se partió por la mitad, para así liberarme.
Muchos años han pasado desde esa noche, desde entonces aprendí a tomar una forma “presentable” lo irónico fue descubrir que al último lugar que llegamos era el principio del viaje, regresamos al inicio, el mismo mundo, la misma ciudad y la misma casa. ¿Entonces cuál fue la ilusión? ¿La vida ordinaria lo fue o el abismo? La verdad ya no me interesa, para mí todo es una pesadilla eterna.
Nombre: Cosette Noire
Edad: más de 460 años (Aparenta 19)
Sexo: Femenino
Estado Civil: Separada
O.Sexual: Heterosexual
Raza: Demonio devora almas primogénita
Literatura, escritura, terror